El pasado 12 de octubre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador informó que pidió a su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, insistir en tratar de obtener en préstamo el penacho de Moctezuma para ser exhibido en los festejos del Bicentenario de la Consumación de Independencia.
Sin embargo, desde hace años el penacho del tlatoani mexica ha sido una pieza en discordia por parte de las autoridades mexicanas y austriacas.
Con la misma intención de obtener piezas históricas y arqueológicas de México para ser exhibidas en nuestro país durante el Bicentenario de la Independencia, visitó Beatriz al presidente de Austria, Alexander Van der Bellen. pic.twitter.com/w3dUxR0Kl3
El penacho de Moctezuma es un tocado de plumas engarzadas en oro que perteneció al tlatoani de los mexicas Moctezuma. Su tamaño es de 1.16 m de altura por 1.75 m de diámetro y está formada por más de 222 plumas de cuatro especies de aves diferentes, entre ellas quetzal y pájaro espátula.
La pieza ha estado alrededor de 500 años fuera de México desde que, según algunas versiones, Moctezuma se lo regalara a Hernán Cortés en 1519.
¿Préstamo o rescate?
"Es como una misión imposible, porque los austríacos se han apoderado por completo del penacho; (que insista) porque es una pieza nuestra de México somos muy perseverantes, y lo difícil lo resolvemos y lo imposible lo intentamos"
Una serie de eventos desafortunados
El Penacho de Moctezuma, expuesto en el Museo Antropológico de Viena, Austrai, no podría ser prestado a México debido a que es frágil y correría peligro en el traslado.
Gerard van Bussel, curador de las colecciones de América del Norte y Central del Museo Antropológico de Viena, donde se exhibe la pieza, consideró que el penacho es frágil y correría peligro en el traslado.
Cualquier vibración en el aire o la carretera lo destruiría, pues está formado principalmente por material orgánico.
"Haría falta un avión de 300 metros para compensar (las vibraciones)"
"Me gustaría conocer a la persona dispuesta a asumir esa responsabilidad"
"Al final, tanto los curadores austriacos como los mexicanos decidieron que el penacho era demasiado frágil para viajar"