A veces lo mejor no es hacer toda la casa el mismo día, para perderlo por completo en las labores de aseo. Un enfoque que puede servir es asignar un día a la semana a una zona en específico. Por ejemplo, los lunes el baño, los martes la sala, los miércoles los cuartos. De esa manera la casa se mantendrá limpia constantemente y será mínimo el tiempo invertido a diario.