Este síndrome afecta a los nervios que controlan los movimientos musculares, así como a los que transmiten sensaciones dolorosas, térmicas y táctiles. Esto puede producir debilidad muscular y pérdida de sensibilidad en las piernas o brazos.
En los casos graves pueden verse afectadas el habla y la deglución.
Las personas con síndrome de Guillain-Barré necesitan tratamiento, a veces en cuidados intensivos, y seguimiento. El procedimiento consiste en medidas de apoyo e inmunoterapia.
Es más frecuente en adultos y en el sexo masculino.
En algunos casos puede producir parálisis de las piernas, los brazos o los músculos faciales.
Entre el 20 por ciento y 30 por ciento de los casos se ven afectados los músculos torácicos, por lo que se dificulta la respiración y suelen necesitar ventilación asistida. Además deben recibir vigilancia para detectar complicaciones como arritmias, infecciones, trombosis e hipertensión o hipotensión.
No hay cura para el síndrome de Guillain-Barré, pero el tratamiento puede mejorar los síntomas y acortar su duración.