Mendoza Iriqui expresó que la pequeña tenía casi la edad de su hija y se ponía en el lugar de sus papás.
“No todos somos lo suficientemente fuertes como quizá parecemos, los casos que involucran niños y niñas me deshacen el alma. Me dolió tanto ver a una pequeñita, casi de la edad de mi hija Victoria, y como padre mi corazón se quebraba”, señaló.
“Cuando llegué al hospital me acerqué a la hermosa princesa y miré cómo respiraba con dificultad, revisé sus pupilas y mis ojos se llenaron de lágrimas. Mi corazón se partió en mil pedazos y no tengo las palabras para describir lo que en mi pecho sentía. ¿Por qué los niños, Dios mío? Si son sólo almas bondadosas repletas de amor”.