La grandeza del piloto Mateo García no se mide por su tamaño, sino por los logros que ha conseguido a sus casi 6 años de edad.
Como a cualquier otro niño, a “Mateo Driver”, como lo conocen en el mundo del automovilismo, le gusta jugar, divertirse y vivir al máximo cada día.
A la hora de ponerse el nómex, la situación no cambia, acelera a fondo y no siente ni una pizca de miedo. La velocidad está en sus venas gracias a la herencia de su padre, el ex piloto de Nascar, Pepe Montaño.
“Mi papá me sube a los 2 años 9 meses a un kart y que le digo: ‘suéltenme’ y le acelero a todo lo que da. Lo único que me acuerdo es que me mojé todo porque había un charco”, comenta.

Los bólidos se han convertido en su mundo. No se trata de un pasatiempo o un capricho temporal, cada que se le pregunta si quiere llegar a la máxima categoría del automovilismo contesta con un rotundo: “sí, voy a llegar a la Fórmula Uno y seré campeón del mundo”.
“Ahorita, quien espero que gane es Max Verstappen porque nunca se rinde.Checo Pérez me encanta como corre, es un gran piloto, la verdad”, relata.
“Me encantaría estar en Red Bull o en McLaren como Ayrton Senna, quien tampoco se rendía, muy finito en el volante y, al subirse al auto, siempre trataba de ser mejor”.
Su lista de reconocimientos va en ascenso. Actualmente es el campeón más joven de karting de América Latina, tiene tres marcas en los circuitos de Sierra Esmeralda, Querétaro y León a nivel “baby” y recientemente terminó su temporada en el campeonato de karts de Inglaterra.
Gracias a su carrera, fue nombrado embajador del Gran Premio de la Ciudad de México 2021, título que llena de orgullo.
“La primera vez que me dijo mi papá me emocioné tanto porque yo estaba allá. Ya había ido al Gran Premio de 2019 y conocí a Daniel Ricciardo gracias a que Renault me invitó esa vez”, dijo sonriente Mateo.
“Para este año, me gustaría que fuera Max Verstappen”.
