En 1890, ambos países formalizaron sus relaciones diplomáticas.
Durante los periodos de las revoluciones en México (1910) y en Rusia (1917) los contactos se redujeron a un nivel mínimo, pero fue en 1924 cuando México, siendo el primer país del continente americano en hacerlo, reconoció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
En 1930, debido a pugnas ideológicas enmarcadas dentro de contexto del antagonismo entre el socialismo y el capitalismo, la relación bilateral fue interrumpida hasta 1942, año en que ambas naciones se encontraron como pares en la comunidad internacional con un objetivo compartido: la lucha contra el fascismo y el nazismo.