– Platica con tus hijos a diario; pregunta sobre sus cosas, su vida. Eso ayudará a normalizar la comunicación entre ambos para que sea fácil abordar temas complejos.
– Mantente al tanto de sus intereses.
– Escucha lo que tengan qué decir.
– Muéstrate comprensivo, no juzgues y evita etiquetarlos.
– Expresa tus sentimientos y pensamientos, así ellos se sentirán confiados para expresar los suyos.
– Se respetuoso y no digas malas palabras; evita alzar la voz y gritar.