“¡Déjenme!” y “¡Auxilio!”, fueron los últimos gritos del niño Iván Francisco el pasado 10 de mayo.
En el Fraccionamiento Lagos del Sol, en Mexicali, autoridades lo encontraron muerto en la sala de su casa con cadenas en los pies.
La autopsia realizada por el Servicio Médico Forense (Semefo) reveló que el pequeño tenía 33 lesiones, entre ellas un edema cerebral con hemorragia, un hematoma en el prepucio, una luxación de cadera, entre otros.
El niño presentaba diversos tipos de maltrato, entre heridas, contusiones, moretones; algunos recientes, otros antiguos y se manifestaban en forma de cicatrices.