Como una persona alegre, llena de vida, amiguera, amable, amorosa, sencilla y entregada a su familia, así describen
sus seres queridos a Guadalupe Rhon García tras su sensible fallecimiento.

Nació en 1926 en Tenango del Valle, en el Estado de México, hija de Andrés Rhon Huerta y Leonor García Pastrana, quienes también procrearon a Julio, Filemón y Flavia. 

Su infancia la transcurrió con los suyos en su lugar de nacimiento hasta que ingresó a la escuela Normal de Toluca, de la que egresó como maestra.

Doña Lupita celebró sus 90 años en Cancún acompañada de cuatro de sus hijos, nietos y bisnietos.

En 1946 contrajo matrimonio con el profesor Carlos Hank González, ex Gobernador del Estado de México, con quien tuvo cinco hijos: Carlos, Ivonne, Marisela, Jorge y Cuauhtémoc, 36 nietos y 54 bisnietos.

Era conocedora y amante de las flores y los pájaros; disfrutaba jugar, caminar y observar la naturaleza, así como practicar y ver el tenis.

El profesor Carlos Hank y doña Lupita en el jardín de su casa en la CDMX antes de pasar a una comida familiar
La pareja se casó en 1946.
Marisela, Carlos, Ivonne, Jorge y Cuauhtémoc Hank con sus papás, Carlos Hank y Guadalupe Rhon
Durante una fiesta de Año Nuevo, los esposos bailando mariachi.

El canto también era una de sus pasiones, pues, a decir de sus más allegados, lo hacía todo el día, sobre todo, el mariachi y canciones tradicionales mexicanas, además de escuchar a Alejandro Fernández.

Aunque en su vida social era mesurada, como amiga la describen impecable y divertida. 

Una mujer feliz, congruente y sencilla, quien vivió con integridad y alegría, valores que le inculcó a toda su dinastía, la cual afirma que su más grande logro fue formar una familia sólida, amorosa y unida.

Doña Lupita haciendo un brindis con sus nietas, Romina y Marisela Stahl, Graciela Hank, María Hank, Ivonne y Nina Olimón, Sari y Adel Hank, por su santo el 13 de diciembre.
En 2004, Graciela González, doña Lupita y Beatriz Cruz asistieron a una comida a beneficio de la Cruz Roja Mexicana.
Nirvana Hank con su abuelita

Falleció el 25 de mayo dejando entre sus seres queridos la lección de cómo vivir una vida plena, llena de amor, música, flores, amistades entrañables, pero, sobre todo, dejando un legado de unión familiar y calidez humana.

Descanse en paz.

Nirvana Hank
“A mi abuelita, Lupita, siempre la voy a recordar como sumamente  cariñosa, juguetona, amorosa y súper risueña, tenía una de esas risas que
contagiaban a toda la habitación. De chiquitos nos llevaba a pasear por el rancho e íbamos a recoger tejocotes por todos lados y luego llegábamos en la tarde a jugar canasta y, a mí, me encanta hacer pareja con ella porque siempre ganábamos, era lo máximo”.
NIRVANA HANK, nieta

De puño y letra

Mi abuelita era la persona
más linda del mundo, siempre
amable y respetuosa con todos.
Era la definición de alegría con
la sonrisa más bonita.
• • •
Tuve la gran fortuna de
disfrutarla y estar cerca de ella
durante 46 años de mi vida.
Crecí con ella; a veces nosotros
comíamos en su casa y a veces
ella en la nuestra.
• • •
Nos veíamos cada semana. Y
cuando mi abuelito salía de
viaje, tenía la suerte de poder
irme a dormir con ella.
• • •
Le encantaba la naturaleza y
se sabía el nombre de todas las
flores, plantas y árboles. Comía
de todas las frutas, disfrutaba la
variedad.
• • •
Siempre me apoyaba y era
muy cariñosa. Nos enseñó a
jugar damas chinas, rummy
Q y canasta; muchos primos
jugábamos estos juegos de
mesa con ella seguido.
• • •
Fue muy deportista, su pasión
era jugar tenis, pero nada mejor
que un buen juego de canasta,
en el que más nos valía que ella
ganara.
• • •
No son suficientes las palabras
para hablar bien de ella; quien
quiera que haya tenido la suerte
de conocerla sólo puede hablar
de sus cualidades.
• • •
Como bien dijo mi tía Gloria, su
mejor amiga: ‘mujeres como
ella ya no hay, después de que
la hicieron, rompieron el molde,
¿a quién no le daba amor mi
amiga?’.
• • •
Adoraba a mi abuelito, quien
fue su gran amor y ella su gran
compañera; ella mantuvo
unida a toda la familia, y en su
memoria, así seguiremos.
• • •
Doy gracias a Dios por la
bendición de haberla tenido
como abuelita tanto años, y
aunque la voy a extrañar toda
mi vida, también toda mi vida la
voy a llevar en mi corazón”.

MARISELA STAHL, nieta