Es el encargado de que la terminal aérea funcione como un negocio y de que el inmueble esté en condiciones óptimas, de acuerdo a la normatividad. Es decir, administra los recursos, el área comercial, oficinas e instalaciones, incluidas pistas, rodajes, salas de espera y estacionamientos.
Da la cara al público, a las aerolíneas y a las empresas que buscan renta de espacios y quien mantiene las finanzas sanas del aeropuerto.