Desde hace años el concepto de justicia punitiva que está encaminada a la privación de la libertad donde se violan derechos humanos como pena (castigo) ha sido aceptado y aplicado desde hace tiempo por el sistema penitenciario.
La prisión sigue siendo la escuela del crimen, siendo un lugar donde se acumulan las rabias, rencores, odios y deseos de venganza hacia la sociedad y aún más hacia la autoridad. Esto se debe al abuso de autoridad, a la violación de derechos humanos por parte de la autoridad, al uso de violencia como medio de coerción de una conducta delictiva dentro del centro.