¿QUÉ HIZO?

En 2014, cuando ocurrió la desaparición de los 43 normalistas, el General Alejandro Saavedra Hernández era el titular de la 35 Zona Militar, con sede en Chilpancingo.

Al mando se le señala de ignorar las llamadas de alerta y grabaciones del C-4, al cual tenía acceso, sobre el ataque y desaparición de los estudiantes, así como el asesinato de seis personas la noche del 26 de septiembre de ese año en Iguala.

Se indicó que los miembros del 27 Batallón de Infantería tuvieron las alertas de los hechos delictivos esa noche, se las hicieron saber al coronel José Rodríguez Pérez -también indagado- y éste, a su vez, lo reportó a Saavedra Hernández, pero la orden fue no intervenir.

En respuesta, los militares sólo patrullaron la ciudad, se toparon con heridos graves, escucharon relatos, el cuartel fue informado, pero se ordenó no actuar.

PERSONAJE CLAVE

En el Informe de Ayotzinapa, presentado el pasado 18 de agosto, sólo aparece el nombre de Saavedra Hernández entre una decena de funcionarios que aseguran pactaron la “verdad histórica” del entonces Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Tras el hecho en Iguala, Saavedra Hernández fue uno de los hombres importantes en las estrategias de seguridad en el inicio de la Administración del priista Héctor Astudillo como Gobernador de Guerrero, sobre todo como comandante de la novena Región Militar, en Acapulco.

En 2016, fue nombrado Inspector y Contralor del Ejército de la Fuerza Aérea, y en 2017, se le otorgó el cargo de Jefe del Estado Mayor.

Saavedra Hernández también ejerció los cargos de Agregado Militar y Aéreo en la Embajada de México en Canadá; Comandante de las Zonas de Zacatecas, Irapuato, Pachuca y Chilpancingo y de la Región Militar de Guerrero, así como director general de Seguridad Social Militar y de Artillería.

Incluso, en julio de 2018 figuraba entre los seis Generales de División que se mencionaba en fuentes castrenses como posibles titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

EL SOLDADO INFILTRADO

De acuerdo con el Informe de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, presentado la semana pasada por Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Segob, la Sedena infiltró al soldado Julio César López Patolzin en la Normal de Ayotzinapa para que informara sobre las acciones de los estudiantes y detectar a grupos subversivos o criminales.

Pero el 26 de septiembre de 2014, día en que los 43 jóvenes fueron desaparecidos, la dependencia no realizó ninguna labor de búsqueda, pese a que tenía conocimiento de que su informante se encontraba entre las víctimas.