Ebrard argumentó que lo dicho por Bárcena es “simple y llanamente falso”, pues si bien el objetivo estratégico y fundamental de Estados Unidos era imponer el denominado “Tercer País Seguro” a través de la imposición de aranceles, México no lo permitió.
Afirmó que, de no haberle compartido toda la información al Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre las intenciones de EU y las tensas negociaciones con la Casa Blanca, actualmente no sería Canciller.