30 MINUTOS BAJO FUEGO​

Alrededor de las 8:00 horas del pasado jueves, según narró su hermano Guadalupe Mora, Hipólito salió del pueblo para visitar sus parcelas de limón a unos seis kilómetros; además, platicó con cortadores, empacadores y vecinos. 

Media hora después de que el ex líder de autodefensas salió hacia sus huertas, elementos de la Guardia Nacional, Sedena y Guardia Civil desalojaron la base de operaciones instalada en noviembre pasado, tras diferentes hechos de violencia.

El cuartel se ubica en las Calles de Melchor Ocampo y Francisco I. Madero
Justo a 11 calles de donde Hipólito fue emboscado

De la tenencia se llega al punto del ataque recorriendo seis calles al oriente hasta Fray Diego de Basalenque y otras cinco calles al sur hasta Huinquingae.

De acuerdo con la línea de tiempo, a las 9:00 horas, Hipólito recibió la llamada de Guadalupe, quien le alertó sobre la presencia de tres camionetas con gente armada que recorrían el poblado.

"Ok, está bien"

contestó Hipólito preocupado

El limonero conducía una camioneta Tahoe blindada junto a tres escoltas de la Guardia Civil, quienes cumplían ese día una semana de recibir arsenal nuevo, acorde con fuentes estatales.

Entre las 11:00 y 11:35 horas, continuó con sus labores, llamó a su casa para empaparse de lo que sucedía y emprendió su camino de regreso a La Ruana.

11:55 horas

LA EMBOSCADA

Hipólito fue emboscado en el cruce de las Calles de Hiquingae y Fray Diego de Basalenque, cuando se dirigía a su domicilio

“Aquí (La Ruana) se llega en cinco minutos desde la base que tenía el Ejército, la Guardia Nacional y la Guardia Civil en La Ruana, ahí en la Tenencia; en todo el pueblo se escuchó la balacera, y nadie llegó para auxiliarlo. Lo dejaron solo“, dijo a REFORMA Guadalupe Mora.

Hipólito fue atacado con fusiles de alto calibre para perforar el blindaje de su vehículo. Aunque los agentes repelieron la agresión, el alto poder de fuego de al menos 20 sicarios (entre ellos unos 8 tiradores) mermó la fuerza de los escoltas. Más de mil casquillos fueron encontrados.

 

Los tres escoltas fueron acribillados. Aunque uno de ellos se agazapó en la entrada de un domicilio para responder el ataque, fue alcanzado por las balas, que provinieron de al menos tres flancos.

La camioneta de Hipólito además fue incendiada con él al interior.

La Guardia Nacional y autoridades estatales llegaron media hora después, cuando los cuatro ya estaban muertos.