Contador de profesión, Romero Deschamps nació el 17 de enero de 1945 en el puerto de Tampico, en Tamaulipas, donde comenzó su carrera política como coordinador de campañas en el PRI.
Fue senador en dos ocasiones y tres veces diputado federal. Deschamps llegó a Pemex en 1969, pero hasta 1993 se convirtió en el líder sindical tras la caída de su ex jefe, Joaquín Hernández “La Quina”, durante la administración de Carlos Salinas de Gortari.
Deschamps cobró nómina de Pemex durante 42 años con un modesto sueldo de alrededor de 23 mil pesos mensuales, que contrastaba con sus excesos y los lujos que le fueron exhibidos en los principales titulares del País.
LOS LUJOS Y EXCESOS
En octubre de 2019, Deschamps se vio obligado a dejar el cargo en medio de las indagatorias en su contra por enriquecimiento ilícito y lavado de dinero por parte de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda.
'El Indomable'
Una de las posesiones más extravagantes del ex líder petrolero era un yate de lujo llamado “Indomable”, registrado en Islas Caimán, que se encontraba atracado en el muelle Mundo Marino de la zona turística de Cancún, Quintana Roo.
El “Indomable” fue revelado en 2008 junto con un departamento de hasta un millón 350 mil dólares, ubicado en el kilómetro 12 del Bulevar Kukulcán, en la zona hotelera, en el que Deschamps contaba con acceso a la playa.
En abril de 2015, cuando era senador del tricolor, fue captado hojeando un catálogo de yates durante la discusión de la reforma anticorrupción, lo que le valió críticas.
Los relojes
El ex líder sindical también era un asiduo comprador de relojes de lujo como el Royal Oak con el que fue visto en mayo de 2008, y que tenía un valor entre 40 mil dólares y 200 mil dólares.
Tras esto, Romero Deschamps sacó de su cajón otro de sus relojes Audermars Piguet, pero de menor perfil.
Las dádivas
En marzo de 2014, REFORMA dio a conocer que, cada mes, Pemex entregaba 5.8 millones de pesos sólo en sueldos y prestaciones a los 325 comisionados sindicales.
Entre ellos estaba el séquito de Carlos Romero Deschamps: 12 personas que estaban a sus órdenes directas, así como su chofer y familiares.
De acuerdo con información solicitada vía transparencia, Arturo Trejo González, chofer del dirigente petrolero, ganaba como comisionado 13 mil 760 pesos mensuales.
Además, tenía como prestaciones pago de gasolina y gas doméstico por 5 mil 776 y 2 mil 274 pesos cada 30 días, canasta básica por 2 mil 943 pesos y vacaciones y una prima respectiva de hasta 35 días.
Un padre consentidor
Los lujos que ostentaban sus hijos José Carlos y Paulina Romero también fueron otra de sus contradicciones.
A principios de 2013, se reveló que Deschamps le regaló a su hijo José Carlos un Ferrari Enzo, cuyo valor era de más de un millón de dólares, y que se sumó a una colección de varios superautos que poseía el joven en su residencia en Miami.
En 2012, la hija del ex líder causó polémica porque ella misma presumía en redes sociales los viajes que realizaba por el mundo en aviones privados y comerciales, además de sus paseos en yates, con sus perros, y comidas en restaurantes exclusivos.
Paulina Romero volvió a dar de qué hablar en 2017, cuando se casó por lo civil luciendo en su muñeca derecha siete brazaletes Cartier con un valor de casi 2 millones de pesos.
'La Petromansión'
REFORMA reveló el 17 junio de 2018 que Deschamps mandó a derrumbar a mediados del 2016 una lujosa residencia conocida como “Casa Teifaros” para construir una mansión en una de las zonas más exclusivas de Acapulco.
La residencia, según se dio a conocer, contaba con un club de playa, un club social con múltiples servicios y estricto control de acceso, en el Fraccionamiento Las Brisas II, al sur de la bahía.
'PEMEXGATE'
Sin embargo, uno de los golpes más duros que recibió Romero Deschamps “Pemexgate”. El escándalo que puso fin a su vida pública en el año 2000.
El caso consistió en en el desvío de recursos públicos a la campaña presidencial de Francisco Labastida.
Dentro de la causa penal 106/2003, fue acusado de un peculado electoral de 500 millones de pesos, por las presuntas aportaciones del sindicato petrolero a la campaña del priista en el 2000.
¡Resiste Carlos!", le gritaron sus fieles las última vez que Deschamps fue visto delante de sus agremiados, tras su salida de Pemex.