Es la figura más representativa de la celebración.
Fue un grabado de José Guadalupe Posada, publicado en 1912, pero la imagen, originalmente llamada “Calavera Garbancera”, fue trabajada por él en 1873, que aunque en un principio se presentó como una burla a los indígenas que pretendían ser europeos, se transformó en la imagen mexicana por excelencia de la muerte tras ser retomada por Diego Rivera en “Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda Central”.