Alejandro Rodríguez

El Juli y Alejandro Rodríguez
Para él, este 75 aniversario representa las memorias desde su construcción en los terrenos de una ladrillera en la Colonia Noche Buena con un aforo de 50 mil aficionados a la fiesta brava y, desde
la primera corrida realizada el 5 de febrero de 1946, con un gran cartel integrado por Luis Castro “El Soldado”, Manuel Rodríguez “Manolete”, Luis Procuna con seis toros de la ganadería de San Mateo, ha gozado de grandes y emocionantes momentos llenos de pasión y de arte.
 
Desde hace más de 20 años, acude con su esposa e hijos todos los domingos por la tarde durante toda la Temporada Grande. Además, participa en el “Chat de Toros”, en el que están incluidos aficionados, matadores, ganaderos y entrañables amigos, con quienes aprecia las corridas en España, Francia y las plazas de provincia en la República.  

Me agrada la energía en cada ‘Olé’, te entusiasma de una manera total, además del gran ambiente que se vive antes y después de cada corrida con los amigos”.

Alejandro Goñi

Lorenzo Ríos López y Alejandro Goñi
Pasión, valentía, entrega, arte, preparación y esplendor por el toro de lidia es lo que significan para él los 75 años de la Plaza México.
 
Lo que más le gusta es ver la grandeza del animal recreándose junto a un torero que se juega
la vida para hacer arte de manera sincronizada.
 
Desde pequeño, su abuelo, Moisés, lo invitaba a apreciar la fiesta brava y uno de sus recuerdos más bonitos fue partir plaza en uno de estos aniversarios vestido con su traje de charro con “El Bebé”, un caballo emblemático.

Se extrañan esas tardes hermosas en las que podíamos convivir con amigos y gente que comparte este gran gusto de acudir a la majestuosa Plaza de Toros para ver la fiesta brava”

Mónica Hernández

Marcela Albitos, Mónica Hernández, Anna Aloi, Vicky y Sergio Hernández
Para Mónica, se dice rápido 75 años, sin embargo, es toda una vida de historia llena de triunfos, alegrías, olés y experiencias inolvidables que se quedan en el corazón
y el alma de los aficionados a la tauromaquia.
 
Proveniente de una familia ganadera, desde que tenía 1 año acudía a la Monumental en compañía de sus papás y de sus tres hermanos y, desde muy temprana edad, comprendió lo que hay detrás de una faena, como la crianza del toro en una ganadería donde se cuida su alimentación y crecimiento como un hijo, así como la preparación de un torero, sus entrenamientos físico, mental y emocional para que, una vez
en el ruedo, se cree una fusión de varios.

Sin faltar un domingo así lloviera nos quedábamos ahí sentados para aplaudirle al toro y torero; me enseñaron a amar el arte de los toros y hoy es parte fundamental de mi vida”.

Federico Pizarro

A lo largo de 25 años, enfrentó innumerables ocasiones al toro de lidia y con ello, considera que la Plaza México es un inmueble tesoro para la Ciudad por todo lo que se ha vivido dentro de sus puertas con la presencia de artistas y deportistas; además, asegura que el público ha vivido momentos inolvidables y emociones intensas.

El arte de la tauromaquia ha sido su forma de vida tanto profesional como vocacional, ya que el toro lo hechizó desde que tiene uso de razón, gracias a que su padre era aficionado práctico, por lo que decidió vivir para y por él durante sus años activo hasta enero del 2019, cuando se retiró.

También confiesa que este animal fue la razón de su existencia y le agrada que a un torero se le pueda apreciar la transparencia de sus emociones, así como sus miedos, entregas, el amor y el deseo insaciable de estar frente al bovino para crear un mundo de fantasía en las faenas.


Uno de los recuerdos que tiene de este recinto son los túneles por los que caminó de la mano de su padre y le impresionaba observar la plaza llena y las corridas de toros, por lo que en su infancia, jugó a ser torero y derivó en su profesión.


Debido a la crisis sanitaria que atraviesa el país, comparte que este arte se vio afectado, sin embargo, se han buscado alternativas para su activación, como faenas sin aglomeraciones, los toreros entrenan con los animales de lidia ya entrenados y espera que se adecuen a estos nuevos tiempos que transformarán la forma en la que las corridas eran presenciadas.

Para nosotros, los toreros, la Plaza México ha sido no solo la más importante de América; también es la segunda más importante del mundo en el ámbito taurino. Es un patrimonio histórico para la fiesta taurina, te lo da todo si tienes el gusto de entrar en el cariño de su afición".

Carlos Allende

Para el socio de la ganadería La Punta, este 75 aniversario representa la permanencia de una de las tradiciones más antiguas que se tienen en México, ya que se tiene evidencia de que la primera ganadería de bravo en el país se fundó en el 1527; también, aprecia la importancia que se tiene por el mundo taurino ya que únicamente en la Plaza México y en Las Ventas de Madrid se confirman alternativas a matadores de toros, y aquí forma parte de la ilusión de muchos toreros que sueñan con llenar los tendidos de “La México” y consagrarse en una tarde triunfante.

Gracias a que su padre fue aficionado, iba con él a los tendidos de La México y este arte lo ha acompañado a lo largo de su vida y, con el tiempo, aprendió a apreciar la capacidad del hombre para crear una expresión artística efímera con su inteligencia y técnica a partir de la bravura, la majestuosidad y la fuerza del toro.

Comparte que el COVID-19 ha impactado de manera muy importante a la fiesta y todas las actividades a su alrededor, desde los ganaderos que no pueden vender sus toros, los toreros que no pueden tener ingresos de su oficio, los aficionados que no puden apreciar lo que más les gusta, hasta los restaurantes, hoteles, comerciantes y demás comercios que de una u otra forma dependen de las ferias en los estados y de la temporada en la Plaza México, por lo que espera que pronto se reactive la actividad taurina con aforos reducidos para proteger a todos los involucrados.

Recuerdo tantas faenas importantes que he podido presenciar, a toreros que han logrado memorables como Manolo Martínez, Eloy Cavazos, el Zotoluco, El Juli, José Tomás y Andrés Roca Rey, y uno muy especial es haber podido torear en su ruedo en un festival de aficionados prácticos hace unos años".

Christian Aparicio

Para él, la Plaza México siempre ha sido una Catedral, la segunda más importante dentro del espectáculo taurino y un emblema que se ha caracterizado por tener un “olé” muy especial que en ninguna otra plaza del mundo se manifiesta.

Su interés por la tauromaquia comenzó a los 13 años gracias a un pariente cercano quien era matador y, al acudir por primera ocasión a este espectáculo, de manera inmediata supo el camino que quería forjar al ver la magia que emanaba de esta y, durante 30 años, paladeó la fiesta desde sus entrañas.

Lo que más le gusta es la sensibilidad que hay en el arte de la tauromaquia como expresarse delante de un animal bello y poderoso y, a su vez, transmitirlo al público y, como aficionado, disfruta la fiesta y todas las disciplinas artísticas que emanan de esta como la música, poesía, escultura, pintura, cine y demás variantes como el toreo cadencioso y el rítmico.

Fue en la Plaza México que comenzó a ensayar cuando decidió ser torero y ahí fue en donde aprendió a agarrar un capote y una muleta, por lo que considera este inmueble como su casa, pues durante toda su carrera se sintió honrado de estar en sus instalaciones y cumplir un sueño como aspirante, novillero y becerrista de hacer su debut, su confirmación de alternativa, así como celebrar cada uno de los éxitos, enseñanzas y percances, pues todos forman recuerdos bonitos y gratificantes que siempre atesorará. Además, siempre llevará a esta plaza en su corazón.

Es una plaza muy especial, la más cálida y una de las más exigentes; es un honor para los que tuvimos la dicha de haber toreado ahí, pertenecer a esta historia de los 75 años y esperemos que siga con la sensibilidad que la caracteriza y se llene como lo hacía antes de la pandemia".

Con información de Argelia Mapoumé

Fotos: Cortesía

Edición: Antonio Redondo