Fernanda Lascurain y Natalia Carrillo

Las jóvenes de 27 años decidieron usar el tiempo de cuarentena para abrir un negocio que combinara sus dos experiencias, de Natalia la de los negocios, y de Fer el diseño de modas.

Así surgió Ü by Vanndü, la marca de casual beach wear que lanzaron al mercado a medidos de febrero de este año.

Las chicas quisieron separarse del fast fashion y ofrecer productos que fueran duraderos y que se fabricaran solamente bajo pedido en su taller, para evitar las maquilas y las mermas. Además, las socias evitan el uso de plástico en todo momento, incluyendo sus envíos. 

“No maquilamos, trabajamos en un taller y manejamos todo sobre pedido para no tener inventario y no caer en el fast fashion”, Fernanda Lascurain.

Síguelas: Instagram @u.byvanndu

Natalia Colín

Después de terminar su carrera de Administración de Empresas, en medio de la pandemia, Natalia se dio cuenta que era momento de comenzar su propio proyecto y, aunque en un principio no sabía exactamente qué hacer, la inspiración le llegó en la regadera.

Al ver que tenía aproximadamente 10 botellas de plástico, entre shampoo, acondicionador, gel de ducha y otros productos, notó el gran problema que eso significaba, por lo que decidió brindar una solución.

A raíz de esto, nació Nikté, una marca mexicana de productos para el baño sólidos que, además, están fabricados con ingredientes naturales, muchos de los cuales son cosechados en casa.

“La idea es aprovechar todos los ingredientes naturales que tenemos para nutrir nuestra piel y nuestro cabello al mismo tiempo que no le hacemos daño al planeta”, Natalia.

Síguela: Instagram @nkt.nikte

Lorena González

Lorena, como muchas otras personas durante la cuarentena, comenzó a cocinar más y a experimentar el slow cooking y la masa madre. Al no tener un dutch oven para hacer este pan, la diseñadora industrial decidió crear su propia cooking pot y con ella su marca, Lakasut, que en totonaca significa despacio.

Este producto es elaborado con barro rojo esmaltado por artesanos de un taller familiar en Zautla, Puebla, con quienes ha trabajado desde antes de iniciar este proyecto.

“Me gusta mucho trabajo con artesanos, porque ellos tienen la sensibilidad de cómo trabajar con el material, te explican y siempre están muy dispuestos a escuchar tus propuestas”, Lorena.

Síguela: Instagram @lakasut.mx

Catalina Maurette

La fundadora del proyecto República descubrió, gracias a sus viajes, la cultura y las atracciones de los países iberoamericanos, y, aunque quedó fascinada con cada destino, se enamoró aún más de su ropa y sus diseños, los cuales quiere promover en otros mercados, como el europeo y el norteamericano.

Esta plataforma, creada y dirigida por mujeres, no sólo hace una curación de marcas y diseños únicos que estos países, sino que solamente tiene marcas sustentables y socialmente responsables.

Para Catalina, una de las partes más importantes del proyecto es que las personas comiencen a valorar el trabajo que hay detrás de cada prenda, pues se trata de piezas únicas, atemporales y hechas para durar por muchos años.

“Nosotros elegimos defender el movimiento del slow fashion y tenemos diseñadores que, por ejemplo, trabajan con artesanos o diseñadores que lo llevan desde otro lugar haciendo piezas pintadas a mano”, Catalina.

Síguela: Instagram @proyecto.república

Mónica Briz

Mónica se reencontró con los textiles artesanales mientras daba una asesoría de imagen y desde ese momento se ha dedicado a promover su consumo a través de pasarelas y conferencias; sin embrago, con la pandemia las ventas de los artesanos bajaron y ella tuvo que encontrar una nueva forma de ayudar.

A través de videos y de la venta en línea, la ex modelo siguió impulsando el consumo de los textiles mexicanos, pues su meta es hacer llegar esta moda a las grandes ciudades y normalizar su uso entre las mujeres.

Además, está capacitando a artesanas poblanas para que sepan cómo vender su producto y está coordinando con ellas la colección “Entre las Nubes”.

Su meta es extender esta iniciativa a otros estados y a largo plazo poder crear talleres y escuelas de este oficio.

“Yo lo que hago es provocar el consumo, que creo que era lo que faltaba. Que la mujer de ciudad traiga una bolsa, un sarape, un rebozo o se casen con un deshilado”, Mónica.

Síguela: Instagram @mbcorazondetela