ALFREDO RANGEL, EDDIE CHAYO, ANDRÉ Y POL

Después de tres años juntos, el sentirse en la cúspide de su matrimonio fue lo que motivó a Alfredo Rangel y a Eddie Chayo a ser padres de dos pequeños.

“En el aspecto individual, coincidimos en muchos ideales, como en el amor, respeto y fidelidad, por lo cual pudimos desarrollar una relación estable; el preámbulo para tomar esta decisión y resolver todos los problemas que se nos presentaran”, expresó Alfredo.

Con poca información al respecto, fue en julio de 2018 cuando comenzaron con el proceso de paternidad, el cual realizarían en Estados Unidos; sin embargo, una amiga les comentó que en México también era posible llevarlo a cabo.

 

“Para empezar, es más la desinformación que las complicaciones, pues faltan clínicas especializadas o un especialista que te explique así de sencillo como a las parejas heterosexuales o mamás solteras”, comentó el empresario de 33 años.


“Una vez que encontramos la asesoría profesional, decidimos hacerlo todo en nuestro País para promover los buenos abogados, científicos y médicos que tenemos, además de que sale mucho más económico aquí que en el extranjero”.

De este modo, con la participación de una donadora de óvulos y dos gestantes, nueve meses después nacieron André y Pol, en diferentes vientres, pero el mismo día, el 4 de julio de 2019.

“Fue algo que me impactó mucho porque no tuve a una mujer embarazada a mi lado, sino que un día me entregaron a dos bebés y aprendí a ser papá de la nada, al inicio fue frustrante, pero la misma vida te da las respuestas”, confesó.

Finalmente, Alfredo asegura que su familia está en una etapa de plenitud y lo que más disfruta de sus hijos es bañarse con ellos, cantarles, bailarles y leerles cuentos en inglés y español.

"Desde el inicio del proceso de paternidad, las alegrías y éxitos han sido más que las angustias y problemas. Me siento satisfecho por lo que hemos logrado, que no ha sido fácil, pero así es la paternidad y nosotros cumplimos un sueño”.

SANTIAGO VILLASEÑOR Y SANTINO

De película es como Santiago Villaseñor describe el proceso de paternidad que vivió para tener entre sus brazos a su pequeño, Santino.

Luego de cerca de un año de investigación sobre el tema, fueron las características legales y médicas de Canadá, sobre las de la India y México, las que lo convencieron para concretar su sueño de ser padre.

Con la asesoría de cinco agencias diferentes, entre éstas, una psicológica para corroborar la autenticidad de sus deseos paternales, fue como encontró a la mujer que dio a luz a su hijo. 

“Algo que me llamó mucho la atención de Canadá es que las gestantes no pueden recibir ningún tipo de remuneración monetaria ni en especie, es ilegal, por lo cual la labor de estas mujeres es meramente altruista; claro, yo corrí con todos los gastos”, explicó el wedding planner.

“A través de una plataforma digital hice match con Ashley y me fui a Ontario para entrevistarme con ella y conocerla, saber más sobre su estilo de vida y hábitos alimenticios, ella ya tenía una hija”.

 

Sin embargo, la gran sorpresa para él fue que en esta donadora de vientre encontró a una joven sensible y bondadosa, con quien desarrolló una íntima amistad que hizo del embarazo una experiencia genuinamente humana.

“Fue algo muy especial, durante el proceso la acompañé en dos ultrasonidos y siempre le mostré mi respeto, pues es un tema muy delicado; nunca faltó la comunicación”, compartió el tapatío de 36 años.

“Hablábamos por videollamada hasta tres veces a la semana, me contaba cómo se sentía y sus síntomas, me tenía muy presente; yo le mandaba fotos de cómo iba la construcción del cuarto de mi bebé; ella, de su panza”.

En medio de la atmósfera decembrina del 2019, junto a sus padres y hermanos, nuevamente Santiago viajó al norte del Continente, esta vez para conocer y regresar a Guadalajara con su pequeño.

"Mis papás y hermanos me acompañaron a Canadá para el nacimiento de mi hijo, conocieron y platicaron con la gestante, con lo cual, aunque suene a cliché, pude corroborar cómo el amor rompe con los prejuicios e ideas de otras generaciones”.

ALEJANDRO SERRATOS Y DARÍO

Con un conocido perfil dentro de la promoción cultural en México, Alejandro Serratos fue uno de los primeros hombres gay en hacer pública su paternidad hace 10 años, con lo cual, así como sus antecesores, abrió una brecha en la sociedad.

“Las personas que lo hicieron al principio, como Óscar Madrazo y Ricky Martin, fueron referentes muy importantes, entonces yo nunca lo oculté; ahora veo que existe una gran visualización, no sólo sobre la paternidad, también en el matrimonio igualitario”, expresó el activista y filántropo tapatío.

“Por supuesto que la lucha es constante, pero ya se respetan muchos de nuestros derechos como comunidad, el poder tomar de la mano a tu pareja o darle un beso en la calle sin miedo; existe la gente conservadora, pero lo importante es aceptarse uno mismo”.

No obstante, Alejandro confesó que antes de decidir ser padre pasó por diversas dudas existenciales respecto al tema, sin embargo, con ayuda psicología profesional confirmó que su deseo era genuino.

“Decidí hacerlo soltero y me surgieron miles de dudas, como saber si era el momento adecuado y si tenía la suficiente estabilidad económica o sentimental, cuestiones que seguramente le pasan a todos los papás comprometidos, sean heterosexuales u homosexuales”, dijo el restaurantero.

“Pero mi terapeuta me hizo entender que lo más importante es verdaderamente desearlo y con ello todo se iba a lograr, que no existe el papá perfecto y no hay un momento ideal, uno mismo lo va construyendo”.

Asimismo, afirmó que en ningún momento del proceso, hace una década y hasta la fecha, ha sufrido discriminación, al contrario, desconocidos y seres queridos le han manifestado su amor, respeto y admiración.

“Soy una persona muy transparente que vive su orientación de manera abierta y plena, así es como construyo mi entorno y el de mi hijo; lo que sí llegué a vivir fue una descalificación por ser hombre, no gay; por ejemplo, en algunos baños no hay cambiadores”, comentó el diseñador gráfico.

"Soy un papá que defiende la libertad, estimula y respeta la opinión de su hijo, somos muy amigos, nos tenemos mucha confianza y por eso no tiene ningún miedo de preguntarme sus dudas”.