Pro Mujer, institución que combina las microfinanzas con la salud y el empoderamiento de mujeres en situaciones vulnerables, señala que las consecuencias de la pandemia tienen un impacto determinante para el éxito o fracaso de estos negocios, pues los escenarios que plantea la contingencia incrementan la carga de labores de cuidado para las mujeres en el hogar.
Las tensiones interpersonales escalan los niveles de violencia intrafamiliar y difícilmente estos emprendimientos cuentan con un soporte económico que les permita atenuar los efectos de la crisis. Esto pone en riesgo el crecimiento de las tienditas y la calidad de vida de quienes dependen de su funcionamiento.
En la búsqueda de nuevas formas para mantener sus negocios, las mujeres han encontrado proyectos sociales que les han permitido capitalizarse y cubrir las necesidades esenciales de los suyos.