De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de las Mujeres, en nuestro país sólo el 44 por ciento de ellas tiene una participación en la economía debido a que las actividades de cuidado en el hogar generalmente se adjudican al género femenino.

Un segmento significativo de este porcentaje se desenvuelve en el rubro comercial, ya sea de manera formal e informal.

¿Sabes de dónde provienen los ingresos de miles de jefas de familia?
Miles de mujeres dependen de sus tienditas, tortillerías y peluquerías, y se han visto afectadas por la pandemia. Hoy, su economía familiar, y la del país, están en riesgo.

Pro Mujer, institución que combina las microfinanzas con la salud y el empoderamiento de mujeres en situaciones vulnerables, señala que las consecuencias de la pandemia tienen un impacto determinante para el éxito o fracaso de estos negocios, pues los escenarios que plantea la contingencia incrementan la carga de labores de cuidado para las mujeres en el hogar.

Las tensiones interpersonales escalan los niveles de violencia intrafamiliar y difícilmente estos emprendimientos cuentan con un soporte económico que les permita atenuar los efectos de la crisis. Esto pone en riesgo el crecimiento de las tienditas y la calidad de vida de quienes dependen de su funcionamiento.

En la búsqueda de nuevas formas para mantener sus negocios, las mujeres han encontrado proyectos sociales que les han permitido capitalizarse y cubrir las necesidades esenciales de los suyos.

Hacen mancuerna por las mujeres mexicanas

Pro Mujer y la Industria Mexicana de Coca-Cola crearon un programa para ayudar económicamente a 4 mil personas y dar acompañamiento empresarial a través de medios digitales a más de 12 mil mujeres.

Esfuerzos que rinden frutos

Desde el 2012, Fundación Coca-Cola México y la IMCC han beneficiado a más de 186 mil mujeres en el ámbito personal, social y económico, en alianza con el Tecnológico Nacional de México.

Ante la apremiante situación que presenta 2020, la suma de los esfuerzos de organizaciones de la sociedad civil y universidades ha sido fundamental en el fortalecimiento de la economía.

“En Pro Mujer hemos comprobado que al invertir en las mujeres, 90 por ciento del beneficio tiene retorno en la familia y esto convierte a todas las beneficiadas en agentes de cambio de gran alcance”, asegura Natalia Wills, representante de dicha ONG en nuestro país.

Al brindar herramientas digitales, personales, comerciales y financieras a mujeres en situaciones precarizadas o de vulnerabilidad dentro de proyectos como este, es posible disminuir la brecha de género y al mismo tiempo impulsar el flujo económico de todo un país pues, aunque individualmente podría parecer una aportación mínima, en conjunto, más de un millón de negocios dentro de este formato tradicional hacen la diferencia para millones de familia.

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