Unidas por la amistad y la experiencia, Fer, Lorena, Ana Martha y Aurora empezaron por platicar sobre las diferencias que hay entre la “vieja menopausia”, que fue la que vivieron sus abuelas, y la “nueva menopausia”, que es la que están experimentando las generaciones actuales.
LORENA: Yo siento que de la “vieja” como que se hablaba muy poco. Yo oí de la menopausia, cuando era niña, muy, muy poquito. Y ahora lo oyes mucho. Entonces, básicamente (la diferencia es) la información, yo creo.
ANA MARTHA: Estoy de acuerdo. Yo me acuerdo que para mí lo que marca la “vieja menopausia” es ver a mi mamá. Efectivamente, como dice Lore, no había tanta información. O sea, no había nada.
AURORA: Yo creo que igual. Antes se escondía, y de hecho, en el tiempo de nuestras abuelas era terrible porque las trataban incluso a algunas psiquiátricamente, pensando que era como una locura. Y era menopausia.
LORENA: Y seguro en una época las quemaron.
ANA MARTHA: Las colgaron.
FER: Sí te pones un poquito loca porque el cambio hormonal es horroroso. Hay cambios de humor terribles en subidas y bajadas. Y ahora también no te bajan de loca, pero ya está más aceptado. ¡Viva la tolerancia!
ANA MARTHA: Sí, ¡100 por ciento!
Proceso natural
Aurora Gómez comenzó su transición a la menopausia cuando tenía 49 años de edad, época en la que empezó a sentir un cansancio inusual.
En ese entonces no relacionó su fatiga con algún cambio hormonal, pues, según confiesa, ella pensaba que la menopausia estaba vinculada con los bochornos y con la necesidad de usar lentes para ver de cerca.
Fue durante una consulta médica con un nuevo ginecólogo que le informaron que ya se encontraba experimentando ese proceso de la vida.
“Afortunadamente no me ha ido tan mal”, comparte Aurora, “no he tenido tantos síntomas”.
Esto no significa que esta licenciada en Administración de Empresas piense que la menopausia sea una etapa fácil, pues detalla que con ella llegan muchos cambios que ni siquiera se imaginan.
“(He tenido) pérdida de pelo”, platica Aurora, “ganas peso, la energía no es la misma. No rindes igual. Cambios de estado de ánimo. Son más cosas negativas que positivas. De hecho, no encuentro la positiva”.
Lo bueno es que su estilo de vida activo y saludable, caracterizado por la práctica regular del ejercicio y una alimentación balanceada, ha amortiguado los efectos del aumento de peso asociado a esta etapa. Y, por otro lado, Aurora ha complementado estos hábitos con terapias alternativas, como el uso de hormonas bioidénticas y suplementos energéticos.
Sobre su participación en este especial, Aurora comenta que se le hace muy padre poder conversar con tres amigas sobre las distintas maneras en que todas están experimentando la menopausia, ya que este intercambio de vivencias puede propiciar que otras mujeres se sientan identificadas y acepten este ciclo como una parte natural que no hay por qué esconder.
“No es una enfermedad contagiosa”, dice Aurora, “no es una enfermedad rara. Es menopausia. Si eres mujer, la vas a tener tarde o temprano. Yo tengo amigas que empezaron antes de los 40 y otras a los 50”.
Para concluir, Aurora les recomienda a todas las lectoras que, cuando les llegue el momento, no esperen mucho tiempo para atenderse por un profesional.
“Y bueno, tratarla de pasar lo mejor posible”, agrega, “es una etapa que nos toca vivir como mujeres. Y bueno, tratar de entenderla”.
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Etapa desafiante
Fer Luna, quien nació en la Ciudad de México, pero fue criada en Guadalajara, comparte que su perimenopausia empezó cuando apenas tenía 39 años.
En ese entonces no estaba al tanto de que ya se encontraba en ese proceso, se embarazó el siguiente año, y luego de haber dado a luz a su hija, recibió una impactante noticia.
“No sabíamos si era depresión posparto o menopausia”, recuerda Fer, “pero después de los 20 mil análisis que te hace el ginecólogo, ya nos dimos cuenta que sí era menopáusica a los 41 años”.
Actualmente tiene 54 y confiesa que su paso por esta etapa ha sido especialmente desafiante, ya que ha experimentado prácticamente todos los síntomas asociados.
“Piel reseca, pérdida de cabello, pérdida de sueño, cambios de estados de ánimo”, detalla Fer, “o sea, pasas de la alegría a la tristeza, al enojo, en 2 minutos. Eres la película de Intensamente en 5 minutos. Todos los personajes.
“Bochornos espantosos, que todavía me siguen dando después de 13 años de ser menopáusica. La verdad que te quedas más ciega de lo que ya estás. O sea, no está padre. Y por más que tomes hormonas, no es el mejor estado de la mujer, y aparte pues no toda la gente te comprende, que es lo más triste”.
Fer explica que estas situaciones provocan muchos sentimientos, como coraje, porque la mujer no puede dominar los estados de ánimo ni los sofocos. Y por si esto fuera poco, esta transición no es cosa de semanas, sino de años.
Por otro lado, como su menopausia se manifestó de forma prematura, ella llegó a sentirse excluida porque sus amigas no entendían lo que le estaba pasando.
“(Creo que falta) información para saber tratar a su esposa, a la novia, a la amante, a la que tengan al lado”, dice Fer, “no es algo que podemos controlar”.
Otros síntomas que experimentó fueron pérdida de colágeno, flacidez, celulitis y hasta dolores musculares y de huesos.
“No está padre (la menopausia)”, confiesa Fer, quien es administradora y se dedica al hogar, “pero hay que vivirla con alegría”.
Algo que le parece muy bien es que hoy en día ya existe más apertura para hablar de este tema.
“La verdad es que el cumplir años, el vivir, pues es una bendición”, afirma Fer. “Tiene sus etapas, pero qué padre que se esté abriendo este tema. Hay muchas mujeres que no están informadas. Que tienen también siglos sin hacerse un papanicolaou, un chequeo mamario.
“Yo creo que la etapa en la que estamos nosotros es más propenso el cáncer de mama o cervicouterino, por todo el tema del conteo hormonal. Entonces es bien importante que se hable del tema. Que se hable con naturalidad. Somos seres humanos”.
Fer concluye la plática aconsejando a las mujeres que vayan con el ginecólogo a hacerse un chequeo general que incluya conteo ovárico y perfiles completos de hormonas. Y a que elijan el tratamiento más adecuado según sus creencias, ya sea hormonas o medicina alternativa.
“La verdad sí es bien importante que estén supervisadas, primero por un médico, y segundo, que sí se tomen algo, porque nadie tiene por qué aguantar tampoco nuestros genios, ¿verdad?”, expresa Fer.
“Sin hormonas suplentes, o como les llamen […], la verdad es que sí es bien complicado hasta la vida común y corriente, para uno y para los que viven alrededor de uno”.
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Madurez emocional
Lorena Sánchez Navarro es capitalina de nacimiento, pero tapatía de corazón, y hace dos años se enteró de que ya estaba en menopausia, un estado que ella describe como no deseado, no solicitado y obligado.
“No tengo idea de a qué edad (me dio)”, confiesa Lorena, quien actualmente tiene 56 años, “es más, ni siquiera era algo a lo que le ponía atención. Y me di cuenta porque se me empezó a caer muchísimo el pelo”.
Una vez que su ginecólogo le confirmó el diagnóstico, Lorena se puso a investigar y empezó a identificar síntomas que antes no había notado que tenía, como resequedad en la piel, trastornos del sueño y dificultad para mantener la concentración, sobre todo cuando la interrumpían.
Pero eso no es todo: lo complicado que resultaba perder peso, consecuencia de un metabolismo más lento, es, según Lorena, el aspecto más desafiante de la menopausia. A pesar de ello, reconoce que en esta etapa se ha potenciado su madurez emocional y su capacidad analítica.
Esta fase también ha traído consigo varias anécdotas memorables para Lorena, una de las cuales tuvo lugar un día antes de que se realizara esta entrevista.
Ella se encontraba en el aeropuerto, haciendo fila para documentar una maleta, y el ambiente se sentía pesado porque el lugar estaba lleno y la gente andaba ansiosa por la lentitud de los trámites.
Cuando por fin faltaba solo una persona para que Lorena llegara al mostrador, se impacientó mucho porque la mujer que estaba adelante de ella se había empecinado en que le perdonaran que su maleta pesaba medio kilo más de lo permitido.
“Me desesperé tanto que pensé por dentro ‘no, señora, no, señora’, pero la voz salió en fuerte”, recuerda Lorena, “y casi la estrangulo así de ‘¿no está entendiendo?, ¡le dijeron que no!, ya saque sus zapatos de su maleta’.
“La fila se empezó a reír. Y la señora se murió de vergüenza y yo me morí de la vergüenza. Y la señorita (del mostrador) yo creo que me agradeció mucho”.
Lorena, quien se dedica al retail, desea aconsejarles a todas las mujeres que se informen sobre el tema de la menopausia.
“Si estás enterada, igual empiezas a tomarte las vitaminas adecuadas desde antes”, dice Lorena, “igual empiezas a tomar medicamentos. Yo soy mucho de ir al gimnasio y hacer pesas para la masa muscular, y todo ese tipo de cosas. Si las vas sabiendo, igual te vas preparando desde antes y no te agarra como me agarró a mí”.
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Actitud positiva
Ana Martha Salazar confiesa que ella nunca había platicado con alguien sobre los síntomas de la menopausia, por lo que, erróneamente, creía que esta llegaría hasta que dejara de menstruar.
Fue por eso que, cuando tenía 49 años y empezó a experimentar algunos malestares, creyó que estos tal vez eran provocados por depresión.
La respuesta verdadera llegó por casualidad: una vez que su esposo se topó con su ginecólogo, en la plática salió a relucir que ella se había estado sintiendo muy mal, por lo que el médico le prescribió unos estudios hormonales. Cuando estuvieron listos los resultados, el diagnóstico fue que ya había entrado en la menopausia.
“Es difícil porque tienes que encontrar el método, ya sean cosas naturales, no naturales, pero tener paz y encontrar el tratamiento que mejor te caiga a ti”, comparte Ana Martha.
“En mi caso, por ejemplo, ha sido un cambio constante de tratamientos. Pero la verdad es que, desde que me enfoqué en lo que yo estaba pasando, que era mi menopausia, empecé a tomarlo por un buen camino”.
Actualmente tiene 51 años y, desde que empezó este proceso, ha experimentado cambios de humor, subidas y bajadas de peso, celulitis, hinchazón, retención de líquidos, bochornos infernales, falta de memoria, dolor de huesos y pérdida de visión.
Una anécdota que resume esta etapa tuvo lugar hace un año, durante un viaje de parejas: ella se había puesto un vestido azul y, de pronto, comenzó a sentir un bochorno, por lo que al incorporarse de la silla el atuendo estaba completamente mojado y pegado a su cuerpo.
A pesar de que en ese momento se quería morir de la pena, ahora que se acuerda le da mucha risa, y añade que está feliz de estar pasando por la menopausia, a la cual abraza.
“No nos vamos a morir, no nos va a pasar nada y (vamos a) salir adelante”, dice Ana Martha, “y la verdad sí tienes que tener mucha actitud, y tienes que tener muchas ganas de seguir haciendo tu vida lo más normal que puedas”.
Originaria de la capital del País, pero tapatía de corazón desde los 18 años de edad, esta mercadóloga agrega que, además de tener mentalidad positiva, hay que cuidar la alimentación y hacer ejercicio para que el cuerpo esté bien.
“Y es que no eres vieja porque tienes menopausia”, explica Ana Martha, “no eres menos mujer porque tienes menopausia. No eres menos divertida porque tienes menopausia. Entonces, ¿qué crees?, empiezas a aprender a vivir con esto y qué padre. Me encanta lo que estamos haciendo (en este especial).
“Porque no nada más nosotras cuatro lo estamos viviendo. Lo están viviendo muchas mujeres y eso es lo importante, darles a conocer que no estamos solas. Que todas lo pasamos, unas más, unas menos. Pero que salgan y se sigan divirtiendo. Y que sigan siendo lo que siempre han sido. Y eso es lo bueno. Saber controlar algo que te está pasando. Eso es el positivismo de este periodo”.
Ana Martha dice que ya hay muchísima información disponible sobre el tema y aconseja a todas las lectoras, incluso a las que todavía les falta tiempo para llegar a esta etapa, que comiencen a investigar para que sepan qué esperar y no lleguen en blanco.
“Eso es la nueva menopausia”, concluye Ana Martha, “eso es lo que antes no sabían. Entonces, sí me encanta lo que estoy pasando y cómo lo estoy pasando. En cuestión de información, en cuestión de lo que estoy haciendo por mí, por mi cuerpo y por mi familia. Por mi marido y por todo”.
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En voz de la experta
La Dra. Pamela Nanina Luque Ceppi, ginecóloga y obstetra de 53 años de edad, compartió detalles importantes sobre esta fase, empezando por su definición.
“La menopausia es una etapa natural en la mujer madura en la cual los niveles hormonales disminuyen y se presentan cambios”, explica Pamela. “Falta de menstruación y síntomas físicos, e inclusive psíquicos, que acompañan a estos cambios, y los cuales pueden ser intensos en algunas mujeres y en otras muy sutiles”.
La doctora añade que, en promedio, las mujeres mexicanas experimentan esta condición a los 48 años.
¿Qué hacer?
Pamela comparte los siguientes consejos para que te vaya mejor durante esta etapa de la vida:
+ Es primordial derribar falacias sobre el tema.
+ Acércate a un profesional de la salud para estar informada, ya que esto permitirá vivir la menopausia de manera más tranquila, sana y feliz.
+ Hay que mejorar la alimentación: evita la comida ultraprocesada y los azúcares refinados, y añade suplementos.
+ Haz ejercicio de fuerza para ganar masa muscular; esto no solo te servirá para proteger tus huesos y evitar fracturas, también te ayudará a dormir mejor porque libera endorfinas y disminuye el estrés.
+ Prioriza tu bienestar para que el entorno también mejore.
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Información: Carolina Herrera. Fotos de la sesión: Emilio de la Cruz. Foto de la experta: cortesía de Neonatal Memory, @neonatalmemory