Con lo violentas y sangrientas que son sus películas, pocos creerían que Quentin Tarantino es un famoso con una inteligencia muy por encima del promedio, pues su IQ es de 160, el mismo que tenía el científico Stephen Hawking.
Paradójicamente, al director nunca le gustó la escuela, por eso nunca se graduó y, en lugar de estudiar, se dedicó al cine. Que a decir por los reconocimientos, es algo que ha sabido hacer con mucha maestría al lograr joyas cinematográficas como Perros de Reserva, Tiempos Violentos y Kill Bill.