Bajo el tema de “El Cine que Transforma” y en su vigésima edición del Festival Internacional de Cine Judío en México dio inicio con una propuesta que engloba nueve películas y que tiene presencia en 20 sedes para continuar impactando a través de entretenidas y profundas historias.
“Cada vez es para un público más grande, ves de mayor magnitud, vamos a otros sitios y es interesante, de manera que crecimos en múltiples sentidos”, comentó la directora del Festival Internacional de Cine Judío en México desde hace cuatro ediciones, Fredel Saed.
“Nos hemos independizado, en cierto sentido, porque antes era un proyecto pequeño, que iba a una sala de cine o a una comunitaria; ahora, somos un festival muy rentable”.