Desde que era niña, Fernanda Quinzaños sintió una gran fascinación por los animales e, incluso, consideró convertirse en veterinaria; sin embargo, la vida tenía otros planes para ella, pues, al final, estudió Diseño Gráfico, aunque su pasión de la infancia siempre estuvo latente.
Fue por eso que, tras la prohibición de animales en circos, en 2015, finalmente Fernanda Quinzaños persiguió ese sueño y emprendió un proyecto de preservación y cuidado de la vida silvestre, con el apoyo de especialistas y amantes de la fauna.
“Tenía como 19 años cuando esta ley entró en vigencia, pero realmente nunca se preocuparon por el destino final de las especies y cerca del 80 por ciento de estas acababan muertas, entonces, empecé a visitar diferentes santuarios alrededor del mundo y tomé las mejores ideas para abrir el mío”, dijo Fernanda Quinzaños, egresada de la Universidad Anáhuac México Sur.
“Como mujer, meterte en este mundo es complicado, porque es un medio muy machista y cuesta mucho tener credibilidad, conseguir inversionistas, respeto y hacerte de un nombre; desde ese entonces, hasta 2019, estuve en Inglaterra, en The Big Cat Santuary, donde aprendí muchísimo y empecé a tocar puertas para conseguir que empresarios mexicanos se unieran, entre ellos, Nieves Fernández y varios más”.
En México, el tráfico de especies es un grave problema; en todas las clases sociales, desde Ecatepec hasta las Lomas, hay al menos una persona que tiene un león o mono en casa y eso habla de la falta de educación y sensibilización”.
FERNANDA QUINZAÑOS, cofundadora de Santuaai
Algunos habitantes de Santuaai
Gracias al trabajo de expertos en etología, veterinaria zootecnista, nutrición y más, las casi 90 especies albergadas en Santuaai, ubicado en Querétaro, encontraron una segunda oportunidad de vida.
En Santuaai vive ‘Mesfin’, el único león blanco con genética pura y limpia; desde República Checa, esta especie llegó a México con la intención de participar en programas de conservación, pues, en vida libre, está prácticamente extinta.
‘Maggie’ pertenece a los osos negros endémicos de México, especie rescatada, junto a varios ejemplares más, del hacinamiento en un zoológico del País.
Santuaai participó en el rescate de tres tigres que pertenecían a la fundación Black Jaguar, mismos que tenían problemas de desnutrición.
A los 2 meses de edad, ‘Carlota’ fue recuperada por policías de la Ciudad, después de que miembros del crimen organizado la golpearan y maltrataran.
Tras lograr la primera meta, llegó el Covid, por lo que Fernanda Quinzaños tuvo que frenar por un tiempo el arranque de Santuaai, que está ubicado en Ezequiel Montes, Querétaro, hasta que en 2021, cuando la pandemia cesó, retomó sus planes al albergar varios osos negros, provenientes de un zoológico al norte del País.
“La habían pasado muy mal, vivían en piso de concreto, entre pipí y popó, jamás habían pisado el pasto hasta que llegaron aquí; tienen un albergue de 2 mil metros, con su lago, piedras, sombras, llantas y de todo para que puedan estar entretenidos física y mentalmente y, conforme íbamos construyendo, le metimos turbo para ayudar a más”, añadió Fernanda Quinzaños, cofundadora de Santuaai.
“Nuestro enfoque es el rescate, rehabilitación y conservación, sobre todo, de víctimas del tráfico ilegal, que es, desgraciadamente, el segundo más redituable en el País; además, no es sólo eso, sino el golpe a los ecosistemas y la biodiversidad. Ok, está lo del jaguar, pero también el mono araña, un dispersador de semillas, el que reforesta la selva, y lo están capturando para la venta de sus crías, porque celebridades e influencers los tienen por moda, como Nodal y Belinda; de ellos tengo ejemplares”.
Es importante conocer la historia de cada animal; por ejemplo, para tener un mono araña, hay que matar a la mamá para quedarte con las crías que venden hasta por Facebook. Es tristísimo”.
FERNANDA QUINZAÑOS, cofundadora de Santuaai
Leones con extremidades atrofiadas debido al encierro o con problemas de peso, así como tigres y otros felinos, variedades de simios, aves, jirafas, con pasados llenos de tristeza y sufrimiento, conforman la lista de casi 90 restituidos en Santuaai que, ahora, conviven en mejores condiciones.
“Hay gente que los visita y no puede creer lo bien que están, porque realmente le hemos invertido mucho a que su calidad mejore, a levantarlos y que convivan dignamente y en paz; hemos priorizado esto sobre el entretenimiento del público, pues dejamos que ingresen máximo 170 personas al día, con un sólo tour personalizado, bajo el eje de la concientización y educación”, aseguró Fernanda Quinzaños, filántropa de 30 años de edad.