Enumerar las cualidades que describían a Fernando Hegewisch Díaz Infante resulta complicado para su familia, pues coinciden en que todos los días aprendía algo nuevo y positivo de él.
Nació en la Ciudad de México el 22 de febrero de 1963. Fue el segundo hijo del matrimonio conformado por  Everardo Hegewisch Arrillaga y María Eugenia Díaz Infante, quienes también procrearon a Everardo, Álvaro, Arturo, María Eugenia y Erika.
De 1970 a 1976 cursó la primaria en el Colegio Alemán Alexander von Humboldt, la secundaria la continuó en el Centro de Educación y Cultura Ajusco y de 1979 a 1982, terminó el bachillerato en el Alexander Bain.
Con un promedio de 9.26 se tituló de la Escuela Libre de Derecho y, el 27 de noviembre de 1987 presentó su examen profesional con su tesis “Estructura Jurídica del Sistema Bursátil Mexicano”, la cual fue laureada por unanimidad.
Fernando Hegewisch Díaz Infante
Su profesión como abogado fue una de sus más grandes pasiones y lo motivaba siempre a ver el futuro planeando el siguiente paso.
Por ello, realizó varios estudios de posgrados en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. El primero, en Derecho Privado (1990-1992); una maestría en Derecho (1992); un doctorado en Investigación (1992-1995) y, el 18 de octubre de 1995, obtuvo el grado de Doctor en Derecho con mención honorífica al exponer su tesis “Instituciones Financieras Mexicanas (Derecho Financiero).
La primera oportunidad laboral la recibió de 1982 a 1985 como pasante de su padre, Everardo Hegewisch, en el Despacho Rocha y Hegewisch. En 1985, se aventuraron padre e hijo a crear la firma Hegewisch Abogados, S.C., en la que fungió hasta su deceso como socio director y abogado postulante con especialidades en derecho civil, mercantil y financiero.
(Arriba) Fernando, Pablo, Jorge, Fernando, Erika, Everardo, Álvaro, Matías y Teté Hegewisch. (Abajo) José Arturo, Lucía, Everardo, Arturo y María Hegewisch.
“En nuestro adolescencia disfrutamos del deporte ecuestre, la escuela y nuestra buena relación con nuestro padre. Es difícil comprender que se haya ido tan rápido, pero sé que está disfrutando a nuestra madre y que aquí lo recordaremos con mucho cariño. Te quiero mucho y estás en mi corazón siempre”.
EVERARDO HEGEWISCH, hermano mayor
Como profesor fue titular de la materia Cátedra de Obligaciones (1990-1991) en la Universidad Anáhuac; profesor adjunto de Teoría General del Estado (1991-1996) en la Escuela Libre de Derecho; profesor auxiliar en Títulos de Crédito en la UNAM, y titular de la Clínica de Derecho Procesal Privado en el ITAM (2001-2006).
A lo largo de su trayectoria profesional se dio tiempo para escribir algunos libros como “Derecho Financiero Mexicano (Instituciones del Sistema Financiero Mexicano, en 1997, así como incontables artículos en la revista “El Mundo del Abogado”, de la cual era consejero editorial desde 1998.
Asimismo, formaba parte desde 1984 de The International Legal Honor Society of Phi Delta Phi, la cual es la sociedad legal internacional de honores más grande del mundo; desde 1988 era un destacado miembro de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, A.C., en las comisiones de derecho civil y mercantil y, desde 1990, se encargaba de la comisión de estudio en la Academia Mexicana de Derecho Financiero, A.C
Siempre juntos, en 2014 Pablo, Alexandra, Fernando, Fernando y Ximena asistieron a una boda en la Ciudad de México.
“Te fuiste muy rápido, pá, a pesar de la tristeza de haberte perdido, estamos agradecidos de haberte tenido y amado tanto. Es un honor ser tus hijos, llevaremos tu nombre en alto de aquí al fin del mundo. Te amamos, Alexa, Xime, Fer y Pablo”. 
SUS HIJOS
Con su mamá, María Eugenia Díaz Infante, en 2008 tomó el crucero Symphony of the Seas por el Caribe. Dos años más tarde, ella falleció.
En negocios alternos, era accionista de Más Radio (frecuencia 105.3 FM); de la marca de ropa mexicana Pink Magnolia y del restaurante Bonito, así como CEO Co-founder de Galsh by Hegewisch Abogados, como proveedor de servicios legales alternativos.
En el plano personal, le encantaba la rutina y todos los fines de semana llevaba a sus hijos, Alexandra, Ximena, Fernando y Pablo, a montar y a misa, además de que siempre los motivaba con sus típicas frases: “La práctica hace al maestro”, “La vida es para disfrutarse” y “Pórtate mal, pero hazlo bien”.
También era un gran amante de los animales, en especial, de los caballos, perros y uno que otro hámster. Le encantaba el agua, por lo que amaba nadar en la alberca, jacuzzi o meterse al mar.
Entre sus hobbies se encontraban jugar golf, los coches de colección, viajar, amante de los buenos vinos, leer, escribir y la equitación, disciplina que practicó desde joven, lo que lo llevó a ser miembro de la Federación Ecuestre Mexicana (1970 a 2011), y participante en concursos nacionales e internacionales de salto de obstáculos desde 1970.
“El doc” y “maestro” como lo llamaban de cariño, fue un hombro para muchas familias, amigos y, principalmente, para sus hijos, por lo que será recordado como un hombre de valores y con una excelente ética profesional. Descanse en paz.
Hace unos meses, el abogado celebró el cumpleaños de Ximena en Nueva York, acompañado de su otra hija, Alexandra.
Una de sus grandes pasiones fue la equitación, por lo que en 2007 participó en la Copa Triple Scappino en Valle de Bravo.
“Fernando fue un gran abogado, pero, sobre todo, leal y comprometido con sus amigos. Tuve el privilegio de compartir con él grandes batallas legales, en las que siempre aportó su ingenio y criterio jurídico. Vamos a extrañar su sentido del humor y comentarios llenos de ironía, es una gran pérdida para el foro”.
ALONSO AGUILAR ZINSER, abogado penalista
“Tuve el privilegio de trabajar con él y puedo asegurar que era un profesional en toda la extensión de la palabra. Lo vamos a extrañar”.
GABRIEL PÉREZ-RÍOS, abogado