
Convertirse en padre representa una de las etapas más importantes en la vida, pero también una de las más costosas. Desde los primeros chequeos médicos hasta los gastos de educación, la planificación financiera es clave para evitar imprevistos que afecten la estabilidad del hogar.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), la llegada de un bebé implica gastos importantes que comienzan incluso antes del nacimiento. Una sola cita ginecológica puede costar entre 700 y 2 mil pesos, mientras que estudios médicos y el parto pueden superar los 40 mil pesos, dependiendo del tipo de atención y hospital.

Por ello, la Condusef recomienda comenzar con un presupuesto familiar realista, que contemple ingresos netos, gastos fijos y variables, así como posibles deudas. Este ejercicio permite identificar la capacidad de ahorro y prever los nuevos gastos que surgirán, no solo durante el embarazo, sino también en los años siguientes.
La profesora Lourdes Patricia Maisterrena González, economista de la Universidad Panamericana, explicó que uno se acostumbra a ciertos gastos y la llegada de un hijo siempre es una reestructuración financiera y subrayó que los futuros padres deben considerar que estos cambios se extienden por al menos dos décadas, afectando no solo los gastos del hogar, sino también el estilo de vida.

Otra recomendación es evitar compras innecesarias. Muchos artículos como cunas, carriolas o ropa pueden conseguirse en buen estado gracias a la cultura del reusó.
Esto permite disminuir el gasto inicial, que puede alcanzar hasta 35 mil pesos si se adquieren todos los artículos nuevos, según estimaciones citadas por la Condusef y Business Insider México.

“Saber que hay gastos que también se pueden evitar, o sea, realmente tener un hijo si bien es mucho gasto como bien lo sabemos todos, hay cosas que pueden, por ejemplo, ahorita esta nueva cultura del reuso, entonces se puede, por ejemplo, hay familiares, amigos, conocidos que ya tenían la camita, que ya tenían la andadera, que ya tenían el este no sé la carreola, y que en realidad muchas veces las dejan prácticamente nuevas y pues se pueden reusar”, explicó Lourdes Maisterrena.
A mediano y largo plazo, es importante pensar en seguros. Uno de gastos médicos puede ayudar a enfrentar emergencias durante el embarazo y el parto, mientras que un seguro de vida protege financieramente a la familia en caso de fallecimiento o incapacidad del padre o la madre. También existen seguros educativos que permiten ahorrar con anticipación para cubrir los estudios universitarios del hijo o hija.

“Generar un fondo a largo plazo siempre es benéfico porque uno no sabe realmente qué vaya a suceder en el futuro”. Señaló la especialista.

Además, destacó que fomentar el ahorro desde casa deja una enseñanza valiosa a los hijos sobre la importancia de administrar el dinero.
Maisterrena explicó que cada familia debe adaptar su planificación a sus propios ingresos, prioridades y estilo de vida. Cotizar diferentes opciones de seguros, hospitales y productos para el bebé puede hacer la diferencia entre una economía saludable y una desbalanceada.
La llegada de un bebé transforma la vida familiar y económica. Contar con un plan financiero sólido ayuda a recibirlo con mayor tranquilidad y con las herramientas necesarias para afrontar los nuevos retos.