La influencia de las redes sociales está modificando profundamente la forma en que las y los jóvenes mexicanos entienden y gestionan su dinero. Para la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), esta exposición digital conlleva riesgos si no se acompaña de educación financiera y pensamiento crítico.

Nacidos entre 1997 y 2012, los integrantes de la Generación Z crecieron en contacto permanente con plataformas como TikTok, YouTube o Instagram. Ante la percepción de que el asesoramiento financiero profesional es costoso, recurren cada vez más a contenidos virales para tomar decisiones económicas.

Esto ha dado pie a nuevas tendencias que moldean su comportamiento financiero y que, en algunos casos, pueden tener consecuencias negativas

Instituciones bancarias señalan que fenómenos como Girl Math, Bougie Broke y Money Dysmorphia han ganado fuerza entre jóvenes, al promover una visión distorsionada de las finanzas personales o reforzar decisiones de gasto que no siempre responden a la realidad económica de quienes las adoptan.

El término Girl Math se refiere a la práctica de justificar compras mediante cálculos que minimizan su impacto económico. Por ejemplo, si un artículo se utiliza varias veces o se revende, se percibe como una “inversión” o incluso como un gasto inexistente. Aunque se presenta con humor, esta lógica indulgente puede llevar a normalizar consumos innecesarios.

Para la maestra Alicia Márquez, colaboradora del Departamento de Economía del CUCEA, este fenómeno se conecta directamente con el lado emocional de las finanzas.

“Las finanzas son emocionales. La parte técnica es el dinero, pero la emocional es que me emociono tanto positiva como negativamente”, explicó.

“La mercadotecnia me emociona, me muestra algo en pantalla y quiero sentir lo que me está mostrando. Entonces gasto, y si no tengo para gastar, me dicen ‘no te preocupes, abonitos facilitos’. Y me endeudo”.

Por otro lado, Bougie Broke describe a quienes aparentan un estilo de vida de lujo, aunque en realidad no tienen recursos para sostenerlo. La presión por mantener una imagen en redes sociales impulsa gastos que superan la capacidad real de ingreso, lo que puede generar endeudamiento o sacrificios en otras áreas esenciales de la vida diaria.

 

Finalmente, el fenómeno de Money Dysmorphia consiste en tener una percepción errónea o distorsionada de la situación financiera propia. La constante comparación con figuras públicas o influencers puede provocar inseguridad, ansiedad o incluso comportamientos extremos como el ahorro compulsivo o la sensación de que nunca es suficiente el dinero disponible.

Márquez advirtió que el entorno actual facilita caer en estas trampas de forma rápida. “Antes, para endeudarte, tenías que ir a un banco, llenar una solicitud. Hoy el proceso es: métete a esta app, pícale, dame acceso a tu teléfono y te presto dinero. Es peligrosamente fácil endeudarte”, señaló.

Además, explicó cómo este proceso se ha acelerado con las nuevas formas de consumo digital.

“Mis alumnos me dicen que están ahorrando para su ‘carrito’. Yo pensé que era un coche, pero se referían al carrito del TikTok. Van agregando cosas por emoción, y al final tienen una deuda de dos mil pesos por compras que ni recuerdan haber hecho con conciencia”.

La Condusef advierte que estos comportamientos pueden representar riesgos financieros a corto y largo plazo ya que la influencia que las redes sociales ejercen en los jóvenes es importante, asegura que muchas veces sus decisiones de compra están basadas en lo que ven en plataformas digitales, sin considerar si realmente lo necesitan o si pueden pagarlo sin afectar su economía.

Como medida preventiva, la dependencia recomienda verificar la fuente de cualquier consejo financiero difundido en redes sociales, evitar seguir tendencias sin evaluar sus implicaciones reales y complementar la información con herramientas educativas confiables como Educa tu Cartera.



En un entorno donde las decisiones económicas se ven cada vez más influenciadas por lo que se publica en redes, la educación financiera crítica resulta clave para evitar desequilibrios en la vida personal y profesional de las nuevas generaciones.