Los motores de los poderosos helicópteros Black Hawk del Ejército Mexicano rugirán hoy fuerte.
Como cada 10 febrero desde hace 32 años, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) celebra el Día de la Fuerza Aérea Mexicana, una división especial fundada en 1915 para vigilar desde las alturas.
Nuevo León es la sede del Escuadrón 108, que tiene su cuartel en la Base Aérea Militar (BAM) 14, en Salinas Victoria.
En los hangares de la BAM 14 está un imponente Black Hawk modelo UH-60, y también se encuentra el avión King Air, que fue comprado por el Estado para bombardear nubes y estimular lluvias en tiempo de sequía.
Esta Base Aérea abrió ayer sus puertas para demostrar su capacidad operativa.
Pero más allá de enseñar sus potentes aeronaves, lo hizo para presumir a sus pilotos, artilleros, profesionistas y técnicos que dan vida al Escuadrón 108.
La Sargento Jimena Piedad Pacheco, de 24 años, es especialista en electrónica de aviación.
Desde niña quería formar parte de las Fuerzas Armadas.
Originaria de El Porvenir, Chiapas, se graduó en el 2021 de la Escuela Militar de Tropas Especialistas de la Fuerza Aérea, y perteneció a la segunda generación de mujeres que se titularon en su especialidad.
“Soy la única mujer militar en mi familia”, dijo la Sargento, “desde niña tenía una admiración por el personal militar y decía que cuando fuera grande quería ser como ellos, así fue como me uní a las Fuerzas Armadas”.
Ella forma parte de la tripulación del Black Hawk y ha participado en operaciones militares como el Plan DN-III-E.
“Lo que me motiva es volar”, explicó, “a las personas que aspiren a esto yo les animo a que se unan, para que puedan vivir la experiencia que nosotros tenemos día a día”.
Armando Alcántara, de Coatzacoalcos, Veracruz, es el copiloto del Black Hawk UH-60, y también resaltó su pasión por volar desde niño, pues su abuelo fue piloto de la Fuerza Aérea.
“Mi abuelo sabe que él fue mi inspiración para llegar a donde estoy ahorita”, señaló, “y él está muy orgulloso de mí por defender al pueblo mexicano”.
