Cuando tenía 21 años de edad, la hija de Marcela Loaiza enfermó y, al no tener los recursos suficientes para solventar los gastos hospitalarios, ella recurrió a la ayuda de ‘Pipo’, a quien conoció en el antro donde trabajaba y quien prometió ofrecerle ayuda cuando lo necesitara.
Para devolverle el favor, él le comentó que la llevaría a un país a bailar, pues ella daba clases en Colombia y trabajaba como cajera en una tienda, y que le auguraba éxito y dinero con su profesión.
Hasta que llegó al aeropuerto, Marcela supo que sería llevada a Japón, donde durante 18 meses sufrió vejaciones, golpizas y violaciones al ser reclutada por la mafia yakuza.
Es así como comenzó la conferencia de la colombiana llamada “La Trata en Carne Propia”, la cual dejó marcados a los oyentes debido a sus testimonios de esclavitud sexual, pero, sobre todo, por su superación personal.
Es así como comenzó la conferencia de la colombiana llamada “La Trata en Carne Propia”, la cual dejó marcados a los oyentes debido a sus testimonios de esclavitud sexual, pero, sobre todo, por su superación personal.
“Ella me parece un ejemplo admirable de que cuando tomas la decisión de cambiar tu vida sí se puede. Además, creo que tuvo suerte, pues que alguien que la haya auxiliado nos da una buena señal de que nosotros también podemos ser esa aquel que pueda ayudar a otra más”, explicó la publicista Mireille Hyde.
En el auditorio de Torre Virreyes, Fernando Landeros reunió a directivos de Fundación Freedom y amigos para dar a conocer su proyecto, el cual nace del compromiso por erradicar la trata y explotación sexual infantil, así como el dolor y sufrimiento de miles de niñas y niños.
“Es bastante complicado hablar con un nudo en la garganta, todos nos conmovimos muchísimo al escucharla”, explicó Fernando, presidente de la asociación civil.
“Me parece imposible que cuando te matan, no sólo el cuerpo, sino el alma y el espíritu, puedas salir adelante. Eso es lo que ella nos demostró el día de hoy, que literalmente vivió una resurrección”.
“Me conmovió mucho la plática, aunque sabía que iba a ser bastante dura. Al hablarlo, es volver a vivirlo, por eso la abracé y le agradecí; me movió todas las fibras”. SOFÍA ESCOBOSA, conductora
