Para su esposa, María de la Fuente, esa tarde estuvo llena de magia, ya que gracias al ingenio de la creativa, hizo uso de todos sus sentidos a través de los platillos que sirvieron.
“Creo que iniciar con una hermosa misiva, la cual daba la introducción a una creación culinaria, que parecía, así mismo, un poema, era un puente que ansiaba vivir con cada tiempo. Esto es lo que más disfruto, pues es un regalo que talentos de la talla de Gaby nos visiten”,