Estados Unidos y Reino Unido han dicho que dejarán de comprar petróleo ruso, y Polonia también dijo que dejará de comprar petróleo y carbón rusos este año como parte de las sanciones por la invasión a Ucrania.
Sin embargo, Europa en su conjunto depende mucho más de la energía rusa que Estados Unidos y Reino Unido, y los líderes se han alejado de un boicot en todo el continente.
Europa importaba 3.8 millones de barriles diarios de Rusia antes de la guerra. En teoría, los clientes europeos podrían reemplazar esos barriles con proveedores de Medio Oriente, cuyas exportaciones ahora se dirigen principalmente a Asia, Estados Unidos, América Latina y África.