El grupo, fundado en 1956, recibió la recompensa “por sus esfuerzos a favor de un mundo sin armas nucleares y por haber demostrado, mediante testimonios, que las armas nucleares no deben volver a utilizarse nunca más”, declaró el presidente del Comité Nobel noruego, Jørgen Watne Frydnes.

El copresidente de Nihon Hidankyo, Toshiyuki Mimaki, se mostró sorprendido al conocer que su organización fue recompensada.

“Nunca soñé que esto podría suceder”, declaró emocionado en una rueda de prensa en Tokio.

Aunque nació mucho después de que las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki fueran devastadas por las bombas atómicas, Yoshiko Watanabe, de 58 años, no pudo contener el llanto el viernes cuando supo que los sobrevivientes de esa tragedia habían ganado el Premio Nobel de la Paz.

Es probable que el premio vuelva a centrar la atención en el legado de los sobrevivientes, conocidos como “hibakusha”, y en el doloroso lugar que Japón ocupa en la historia como único país contra el que se han utilizado armas nucleares. El año que viene se cumplirá el 80 aniversario de los bombardeos de agosto de 1945.

“Son un grupo de personas que transmiten el mensaje al mundo, así que como japonesa creo que esto es realmente maravilloso, y solo puedo expresar mi gratitud a quienes concedieron el Premio Nobel de la Paz a Japón”, dijo a Reuters Watanabe, residente en Tokio, mientras lloraba abiertamente en una calle del distrito de Shinbashi. “Lo siento, no puedo evitar llorar”.

Cerca de allí, unos trabajadores repartían ejemplares de una edición especial de última hora del diario Asahi que recogía la noticia. Aunque las bombas atómicas supusieron una devastadora tragedia personal para los sobrevivientes, también pasaron a formar parte de la conciencia nacional de Japón.

Muchos japoneses siguen pensando que Estados Unidos debería disculparse por los bombardeos, que mataron a cientos de miles de personas y forzaron la rendición de Japón. Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón renunció al derecho a hacer la guerra por sí mismo y mantiene fuerzas de autodefensa. Depende de Estados Unidos para su protección.

“Como japonés me siento muy feliz”, dijo Ryosuke Kobayashi, de 53 años, que trabaja en una agencia inmobiliaria. “Espero que esto aumente aún más la conciencia mundial sobre la paz”.

Aunque todavía hay más de 106 mil supervivientes de la bomba atómica registrados en Japón hasta marzo, dado que su edad media es de 85.6 años, desde hace tiempo existe la preocupación de que los japoneses más jóvenes y la gente de fuera del país estén cada vez menos familiarizados con las terribles lecciones de Hiroshima y Nagasaki.

“Creo que hay muchas personas que no entienden del todo lo que es una bomba atómica, por lo que creo que Japón debería hacer todo lo posible para concienciar sobre ello”, afirma Tomoko Okuuchi, de 78 años.

“Espero que recibir un premio internnacional nos ayude a difundir aún más el mensaje”.

'Gaza, como Japón hace 80 años'

Mimaki consideró que la actual situación en la Franja de Gaza, escenario desde hace un año de una guerra entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, es similar a la del Japón devastado por las bombas al final de la Segunda Guerra Mundial.

“En Gaza, (los padres) toman en sus brazos a niños ensangrentados. Es como en Japón hace 80 años”, declaró.

“Se ha dicho que gracias a las armas nucleares, el mundo mantiene la paz. Pero las armas nucleares pueden ser utilizadas por terroristas”, afirmó.

“Por ejemplo, si Rusia las usa contra Ucrania, o Israel contra Gaza, la cosa no terminará ahí. Los políticos deberían saber esas cosas”.

Destruiría nuestra civilización

El presidente del Comité Nobel apuntó que “las armas nucleares actuales tienen mucho mayor poder destructivo”.

“Una guerra nuclear destruiría nuestra civilización”, alertó Frydnes.

En enero, se contabilizaron 12 mil 121 ojivas nucleares en el mundo, según el Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz.

Actualmente, nueve países poseen armas nucleares: Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China, India, Pakistán, Corea del Norte y, de manera no oficial, Israel.

No es la primera vez que se distingue con el Nobel de la Paz a activistas u organizaciones a favor del desarme.