Construir un patrimonio es una tarea que lleva toda la vida. Si quieres invertir y tener éxito a largo plazo, deberás poner en práctica la virtud de la paciencia. Aquí te explicamos por qué.

Inversiones privadas: pros y contras

Se llama liquidez a la facilidad con la que un activo puede convertirse en efectivo. Es uno de los principales beneficios de invertir en los mercados de acciones, bonos y materias primas que cotizan en bolsa.

Hoy es posible comprar y vender acciones fácilmente con solo presionar un botón en el smartphone, un logro increíble de la tecnología. Sin embargo, este beneficio es un arma de dos filos, pues el precio de mercado de los activos está disponible todos los días.

Como seres emocionales, no estamos acostumbrados a eso, lo que puede representar un problema para nuestra salud financiera a largo plazo.

Digamos que alguien compra un bien inmueble para rentarlo y que éste se encuentra en una buena zona. Algunos años las tarifas de arrendamiento son altas, otros años tal vez no, pero lo compró porque confió en que con el tiempo se apreciaría.

Año con año recibe flujos de efectivo y vender pronto no está en sus planes pues cree en el potencial que tiene su inversión a largo plazo.

No está particularmente preocupado por las noticias del día, ni por lo que podría obtener si vendiera hoy. Sabe que, con el tiempo, el valor de su inmueble aumentará sustancialmente y que, cuando lo venda, muchos años después, recibirá una ganancia considerable mientras genera flujos de efectivo de manera constante. Esa será su recompensa por ser un inversionista paciente.

Ahora imagina que esa persona invierte en acciones, bonos y materias primas. Con el tiempo, estos activos también aumentan su valor, sin embargo no espera para vender, sale y entra en estas inversiones varias veces, dependiendo del precio de mercado que aparezca en su celular o en las noticias.

Puede llegar a comprar o vender en el momento adecuado, pero la mayoría de las veces no es así. Y aunque su inversión terminó apreciándose incluso más que en el ejemplo de inversión privada anterior, no recibe todas las ganancias debido a un Market Timing equivocado.

¿A qué se debe la diferencia?

¿Por qué tendemos a ser pacientes con nuestras inversiones privadas e impacientes con nuestras inversiones públicas? Después de todo, los riesgos son mucho mayores en casos de inversión privada, ya que hay menos liquidez, menos transparencia y mucha menos diversificación.

En casos de inversión privada, como en el primer ejemplo que planteamos, los inversionistas tienden a enfocarse más en los flujos de efectivo que reciben de la propiedad arrendada y prestan poca o ninguna atención al valor real del activo en sí.

Esta es una de las principales razones por las que se cree que las inversiones privadas son menos volátiles y “más seguras” que las inversiones públicas, pero esto es simplemente una ilusión, ya que el valor real de las inversiones privadas es mayormente desconocido.

Por ejemplo, si quisieras vender tu casa ahora mismo, el valor real en efectivo para ti sería cero. ¡Sí, cero! Muy probablemente hoy no cuentes con una oferta de compra, entonces no es posible convertir tu propiedad en efectivo.

Quizá tienes una estimación de su costo, sin embargo, una valoración aproximada no es lo mismo que una oferta de compra o una transacción cerrada con efectivo en mano.

¿Cómo funcionan las leyes de riesgo y rendimiento?

Las leyes de riesgo y rendimiento aplican a todas las inversiones, no solo a las inversiones públicas líquidas y las correlaciones entre clases de activos en los mercados públicos y privados son muy altas.

Si la economía es fuerte, tanto los activos públicos como los privados funcionan bien. Si la economía es débil, ambos sufrirán. Es posible que no notes cuánto están sufriendo tus inversiones privadas porque los precios de mercado no se ven fácilmente, pero lo descubrirás si intentas vender.

El valor de la paciencia

Si tratas tus inversiones públicas con paciencia, como tus inversiones privadas, te darás cuenta que los movimientos diarios en los precios de los activos públicos son simplemente los costos de la liquidez inmediata: son una característica, no un error. Si el precio no te convence, entonces no vendas, así como no venderías tu casa.