Digamos que alguien compra un bien inmueble para rentarlo y que éste se encuentra en una buena zona. Algunos años las tarifas de arrendamiento son altas, otros años tal vez no, pero lo compró porque confió en que con el tiempo se apreciaría.
Año con año recibe flujos de efectivo y vender pronto no está en sus planes pues cree en el potencial que tiene su inversión a largo plazo.
No está particularmente preocupado por las noticias del día, ni por lo que podría obtener si vendiera hoy. Sabe que, con el tiempo, el valor de su inmueble aumentará sustancialmente y que, cuando lo venda, muchos años después, recibirá una ganancia considerable mientras genera flujos de efectivo de manera constante. Esa será su recompensa por ser un inversionista paciente.
Ahora imagina que esa persona invierte en acciones, bonos y materias primas. Con el tiempo, estos activos también aumentan su valor, sin embargo no espera para vender, sale y entra en estas inversiones varias veces, dependiendo del precio de mercado que aparezca en su celular o en las noticias.
Puede llegar a comprar o vender en el momento adecuado, pero la mayoría de las veces no es así. Y aunque su inversión terminó apreciándose incluso más que en el ejemplo de inversión privada anterior, no recibe todas las ganancias debido a un Market Timing equivocado.