Refugio para aprender
CENTRO CULTURAL OTOMÍ

En el taller de dibujo y pintura los niños aprenden a manejar sus emociones. Crédito: Daniel García

Ubicado en una zona urbana irregular, el Centro Comunitario Intercultural Otomí es un lugar donde se teje la esperanza de las familias de esta etnia que han llegado a Monterrey en busca de una vida mejor. Ahí las mujeres tienen un lugar para dar formar a sus coloridas muñecas artesanales, y los niños para tomar un instrumento musical, y cantarle a la paz y a sus tradiciones.

Se ubica en un pequeño salón que hace 20 años fue un jardín de niños. Con el crecimiento de la comunidad y la construcción de una escuela más grande, quedó en el abandono. Hasta hace algunos años colectivos y asociaciones comenzaron a rescatarlo.

Fomento Educativo Intercultural, A.C., comenzó a trabajar con mujeres y niños de esta comunidad y busca que el Municipio de Monterrey otorgue en comodato el salón al comité de vecinos que trabaja para mantenerlo a flote.

Y es que el Centro Comunitario es referencia en este lugar donde las viviendas en obra gris parecen trepar un cerro donde confluyen tres colonias: la Genaro Vázquez, Lomas Modelo Norte y Lomas de la Unidad Modelo.

Antes de la pandemia se realizaban ahí talleres educativos y culturales, brigadas sociales, asesoría jurídica y eventos comunitarios.

Durante la pandemia, los esfuerzos se encaminaron a gestionar ayuda económica urgente para las familias, pues muchas se quedaron sin trabajo. La mayoría de los hombres se dedica a la construcción y las mujeres en el empleo del hogar o a la venta de sus artesanías.

Una vez atendida esta necesidad, se enfocaron en que los niños pudieran conectarse a sus clases. Consiguieron donantes de equipos de cómputo para realizar las actividades a distancia y útiles escolares difíciles de comprar cuando el ingreso económico de las familias es inestable.

En el último mes, ya con actividades presenciales, se comenzó a dar a unos 40 niños un taller de arteterapia, como parte de un proyecto de servicio social de estudiantes del Tec de Monterrey.

“El taller es de dibujo y pintura, con el objetivo de que los chiquitines, a través del arte aprendan a manejar mejor sus emociones”, contó Francisco Zamora, integrante de Fomento Educativo.

Y es que las familias se enfrentan a un contexto difícil: hay problemas de adicciones en los jóvenes, inseguridad, violencia; falta pavimentación y luminaria.

Frente a estas adversidades y con el trabajo con la asociación civil, esta comunidad otomí se empodera, y sus niños tienen un lugar para crecer y seguir aprendiendo.

Van contra rezago académico
LUDOTECA MI MEJOR AMIGO

En la ludoteca que apoya a familias de Los Valles, Monte Kristal, Arboledas de los Naranjos y Villa de los Naranjos se necesitan pupitres, mesas plegables, sillas y material educativo. Crédito: Luis Ramírez

Por el desempleo que generaron los cierres durante la pandemia en 2020, la asociación civil Nicniuh amplió su servicio de alimento para la comunidad. Ya ofrecía comida, pero sólo los viernes. La crisis económica extendió la operación a los demás días de la semana, con filas interminables.

Este año, al darse cuenta de que la escuela a distancia no estaba funcionando y que el rezago de los niños del sector era cada vez mayor, ampliaron también su ludoteca “Mi mejor amigo”, instalada junto a su comedor. Y la convirtieron en un salón de clases, con pupitres y pizarrón.

Y es que aunque en este lugar, un local en renta en la Colonia Los Valles, en Juárez, se ofrecen actividades de empoderamiento para las mamás, un eje importante es el de la educación y la cultura de paz, señala Eduardo Sánchez, fundador de Nicniuh.

“En la comunidad existen altos niveles de violencia, altos niveles de desempleo, altos niveles de deserción escolar, que es lo que nos preocupa, además de la violencia”, dijo.

“Lamentablemente, cada fin de semana hay algún hecho de violencia importante”.

Además de juegos didácticos, en la ludoteca hay también una pequeña biblioteca. Ya acondicionada como aula, se organizaron grupos reducidos y programados a lo largo de la semana para que dos maestras, contratadas especialmente para atenderlos, ayudaran a unos 80 chicos en total con las tareas que sus profesores les enviaban.

De manera especial, a quienes presentan rezago académico.

“Para nosotros es bien implorante construir recuerdos bonitos de la infancia”, comenta Sánchez sobre las actividades complementarias que esta asociación realiza con los chicos, como paseos a partes, festejos por el Día del Niño, o posadas.

“Un niño es feliz trepando a un árbol, no necesitas un tobogán de Cancún, siempre y cuando sea con amor, con respeto y tolerancia, promoviendo los valores humanos”.

A esta ludoteca-comedor acuden familias vecinas de Los Valles, Monte Kristal, Arboledas de los Naranjos y Villa de los Naranjos.

“La colonia que atendemos tiene carencia en servicios públicos, hay varias calles donde el drenaje no funciona o de plano no hay. También hay una deficiencia en el alumbrado público. La mitad de la colonia no está pavimentada, es terracería prácticamente”, explica Sánchez.

La ludoteca necesita de nuevos pupitres, mesas plegables, sillas, hojas de máquina, colores, impresora de mayor capacidad a la que ya se tiene, además de apoyo económico para las dos maestras y un psicólogo. Necesita de más y mejores amigos.

Por niños con autoestima
SALÓN DE LA VIRGEN

En el Salón de la Virgen, niñas y niños en situación vulnerable reciben talleres de desarrollo de habilidades. Crédito: Daniel García

El invierno se acerca y las familias que se han asentado en las faldas del Topo Chico buscan láminas o material de construcción para protegerse de las bajas temperaturas. Hay algunas que han construido sus tejabanes de tal manera que la pared es una roca del Cerro, cuenta Elena Balderas, una de las madres de familia del sector.

Elena es parte del comité de cinco mujeres que administran y mantienen el Salón de la Virgen, pequeño centro que se ha convertido en el espacio comunitario de unas 40 familias en situación vulnerable de este sector en la colonia Colinas del Topo Chico, en Escobedo. Entre ellas de distintas etnias de origen: otomíes, nahuas y huastecas.

Al Salón de la Virgen llega la ayuda que organizaciones civiles envían a través de despensas, talleres de desarrollo humano, o actividades para los hijos.

A través del programa Mahuiltia (que en náhuatl significa “jugar”) la asociación Zihuame Mochilla apoya a esta comunidad de unos 80 niños. Las maestras acuden cada jueves.

“Consiste en el desarrollo de habilidades en niños indígenas a través del juego”, explica Cecilia Chávez, directora de Zihuame Mochilla.

“Su propósito es mejorar la calidad de vida de niñas y niños indígenas y mestizos en situación de vulnerabilidad mediante la creación de un espacio intercultural que facilite actividades lúdicas, y dinámicas formativas-recreativas”.

Este año el programa ha logrado que niñas y niños aumenten su autoestima, asegura Chávez.

“Tuvimos que reanudar sesiones semi-presenciales con grupos reducidos y operar este proyecto tomando medidas de seguridad según las normas de salud, porque niñas y niños requerían el espacio por cuestiones de salud emocional ante la pandemia”.

Promoción de Paz, otra organización que también contribuye con este espacio comunitario, organizó hace unos días con ellos una Gira por la Infancia. Reunió a los pequeños en el espacio y los conectó vía Zoom con niños de España y Colombia.

“Platicaron y les pidieron que dijeran cómo a ellos les gustaría un modelo de escuela”, cuenta Elena.

Además de útiles escolares, juguetes y artículos de limpieza, para los niños son necesarios más programas de este tipo, dice la madre de familia.

“Hay muchos niños que nos dicen ‘nos gustaría que nos dijeran en qué somos buenos’, porque siempre les dicen ‘no sirves para esto'”.

Aunque la unión de estas familias es una ventaja, y juntas han logrado beneficiar a muchas familias del sector, existen varias desventajas. Entre ellas, están lejos del Centro de la Ciudad, por lo que el transporte representa una complicación.

“Una vez nos invitaron a Conarte Niños y batallamos para conseguir un camión, para poderlos llevar”, dice Elena.

¿QUÉ NECESITAN?

3
Juguetes nuevos
Útiles
escolares
Alimentos no perecederos
Artículos
de limpieza

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