Hubo publicaciones en redes sociales que destacaban el físico y la apariencia del hombre de 26 años, otras que especulaban sobre quién podría interpretarlo en “Saturday Night Live” y otras que denunciaban e incluso amenazaban a la gente de un McDonald’s de Pensilvania por llamar a la Policía cuando lo vieron.
El Gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, un demócrata en ascenso que estuvo a punto de ser el candidato a Vicepresidente de Estados Unidos este año, denunció lo que consideró un creciente apoyo a la “justicia por mano propia”.
Como ocurre con tantos acontecimientos en este momento del siglo 21, el curioso caso de Brian Thompson, el CEO asesinado, y Mangione ha cautivado y polarizado a una nación saturada.
La saga ofrece una visión de cómo, en un mundo conectado, tantos aspectos diferentes de la vida moderna pueden estar surrealmente vinculados: desde la violencia pública hasta la política, desde la atención médica hasta el humor (o intentos de).
Y también plantea una pregunta: ¿Cómo puede tanta gente considerar a alguien un héroe cuando las reglas que gobiernan la sociedad estadounidense –la ley– lo tratan como todo lo contrario?
Mangione fue puesto en una celda de una cárcel de Pensilvania previo a su extradición a Nueva York por cargos de asesinato.
Hasta anoche había poca información nueva disponible sobre un posible motivo, aunque los escritos encontrados en posesión del hombre de 26 años insinuaban un vago odio hacia la avaricia corporativa y una expresión de ira hacia las compañías de seguros de salud “parasitarias”.
Ese detalle se dio a conocer luego de que pistas anteriores mostraran que balas recuperadas de la escena tenían las palabras “negar”, “defender” y “deponer”, que reflejan términos utilizados por los críticos de la industria de seguros.
Varias de las publicaciones en redes combinan un aparente desdén por las aseguradoras de salud (sin mencionar la pérdida de vidas) con un vago intento de lo que algunos llamaron humor.
“Lo que hizo fue tomar medidas contra las empresas de seguros médicos privados. Fue un valiente mártir italiano. En esta cuenta, Luigi Mangione es un héroe, ¡fin de la historia!”, escribió una persona anónima en una publicación en X que tiene casi 2 millones de visitas.
El lunes, Shapiro se mostró en desacuerdo con comentarios como esos. Fue un momento inusual en el que se vio involucrado simplemente porque el asesino fue detenido en Pensilvania.
Los comentarios del Gobernador –puntuales, apasionados e inevitablemente políticos– hicieron que la conversación que se desarrollaba en las pantallas de los teléfonos de tantas personas llegara a la vida real.
“No matamos a gente a sangre fría para resolver diferencias políticas o expresar un punto de vista”, subrayó Shapiro.
“En una sociedad civil, todos estamos menos seguros cuando los ideólogos recurren a la justicia por mano propia”.
Pero, de acuerdo con algunos de sus conciudadanos, no es así en absoluto. Al igual que Bonnie y Clyde, John Dillinger, DB Cooper y otros nombres notorios del pasado criminal estadounidense, Mangione es considerado alguien a quien admirar.
¿Terrorismo interno o vigilantismo?
Regina Bateson, profesora adjunta de ciencias políticas en la Universidad de Colorado en Boulder, ha estudiado el vigilantismo, término al que aludió Shapiro. Según ella, este caso no encaja bien con esa palabra, porque la víctima no estaba vinculada a ningún delito o falta específica previa. En su opinión, se trata más bien de un caso de terrorismo doméstico.
Pero Bateson considera que las amenazas contra los trabajadores electorales, los fiscales y los jueces, además de los intentos de asesinato contra el Presidente electo Donald Trump el verano pasado, son posibles señales de que podrían surgir venganzas personales o agendas políticas.
“Los estadounidenses están expresando más apoyo a la violencia política, o al menos comprensión de ella”, dijo.
Shapiro, aparentemente harto de que se acepte la justicia por mano propia, elogió a la Policía y al denunciante.
“Escúchenme: él (Mangione) no es ningún héroe.
“El verdadero héroe en esta historia es la persona que llamó al 911 en McDonald’s”, aseveró el Gobernador.
Incluso sin apoyar la violencia, hay muchos casos de personas que se quejan de que las aseguradoras de salud rechazan las reclamaciones, como el caso de Tim Anderson, cuya esposa, Mary, tuvo que lidiar con las denegaciones de cobertura de UnitedHealthcare antes de morir de la enfermedad de Lou Gehrig (esclerosis lateral amiotrófica) en 2022.
“El modelo de negocio de los seguros es no pagar”, acusó Anderson, de 67 años, de Centerville, Ohio.