
Rancho Orgánico María
Iniciativa de: Yareni y Yunuen Martínez y Édgar García
En el Valle de Santiago, Guanajuato, allí por donde las mariposas monarcas y las golondrinas aletean en cierta temporada del año, se sitúa este rancho familiar.
“Desde que vinimos de la CDMX, nos enamoramos del lugar. Édgar, mi esposo, y yo empezamos con cinco gallinas y siembra para autoconsumo. Nadie quería este ejido de mi papá, es árido y la siembra es complicada”, cuenta Yareni.
“Vimos que las gallinas –las comadres, les digo yo– se adaptaron muy bien; entonces, decidimos crecer y hacer un proyecto integral rehabilitando el ecosistema.”





La apuesta fue por una producción no industrial –pocas gallinas con calidad de vida y respeto por sus ciclos–, conservación de la biodiversidad y desarrollo comunitario. Hoy sus corrales albergan entre 400 y 500 gallinas.
Sus esfuerzos de recolección de agua, siembra de maíz, reforestación… llevaron de vuelta a la fauna silvestre y ahora el rancho es una Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA), es decir, un predio destinado al aprovechamiento sustentable de las especies que lo habitan (avalado por la Semarnat).





“Entre más cuidamos todo, la fauna silvestre crece, se nutren los ojos de agua, regeneramos el ecosistema y tenemos mejor calidad de huevo y miel para ofrecer”.
Yunuen Martínez, de Rancho Orgánico María
Pasto, uno que otro insecto, además de granos, leguminosas y follaje de la propia cosecha agroecológica se mezclan en la dieta de “las comadres”; los nidos están hechos del rastrojo de frijol cosechado in situ… aquí todo se aprovecha.
Y a propósito de aprovechar, sus empaques son de madera y cartón reutilizables. Para evitar residuos, hacen intercambio contra entrega.
Pídelos
La venta es a través de Instagram y Facebook y las entregas se hacen a domicilio con rutas establecidas por zona.
IG y FB: @ranchoorganicomaria
www.organicomaria.com
$60 la docena
Granja Murlota
Iniciativa de: Itzel Suárez
Apoyar a familias de escasos recursos, en comunidades rurales, a través de la producción de huevo de traspatio y pastoreo, puesto por gallinas libres de jaulas, motivó el nacimiento de Murlota en 2005.
El proyecto sirve a varios objetivos: primero reducir la desnutrición gracias al consumo de una proteína de gran calidad como la que provee el huevo; segundo, fomentar el autoempleo sin salir de casa y, tercero, obtener ganancias económicas.
Cuatro centros de investigación y desarrollo, ubicados en CDMX, Puebla, Querétaro y Sinaloa, sustentan la labor de Murlota. De ahí salen las pollitas, el alimento natural y las gallinas de postura para entregar a las beneficiarias.




“El 99 por ciento del proyecto está conformado por mujeres a quienes les vendemos gallinas y alimento a bajo costo. Cuando tienen el huevo, lo llevan a los centros de acopio en donde se les compra con estándares de comercio justo".
Itzel Suárez, directora general de Grupo Murlota
Hoy el proyecto agrupa mini y pequeñas granjas en 20 estados de la República Mexicana y su huevo orgánico certificado puede encontrarse en diversos supermercados.
Encuéntralos
En City Market, La Comer, Fresko y kian.com.mx
IG y FB: @grupomurlota
www.grupomurlota.com
De $60 a $70 la docena
Isana
Iniciativa de: Grupo Kalimori
Los huevos y hortalizas orgánicas cosechadas por esta iniciativa son el epílogo de un proyecto dedicado a la inclusión social de adultos con discapacidad intelectual. Representan para ellos oportunidad de trabajo digno e independencia económica.
Ubicada en Malinalco, esta granja de cultivo honesto es un proyecto desarrollado bajo el paraguas de Grupo Kalimori (que congrega iniciativas empresariales para la integración y el bienestar social). Su crecimiento ocurrió tan orgánicamente como el producto que ofrecen.







“Nos dimos cuenta de la necesidad de no sólo subsistir de donativos. Empezamos con hortalizas, trajimos gallinas y lo vimos como una opción de crecer”.
Sofía Ruenes, directora de la fundación
Las pollitas compradas a productores responsables se crían en espacios contenidos hasta cumplir 18 semanas y una vez en libre pastoreo empiezan, poco a poco, a dar huevos comercializables, de entre 45 y 50 gramos. Actualmente sus corrales albergan 3 mil gallinas, que producen 60 mil huevos mensuales.
Los miembros de la comunidad Kalimori reciben capacitación para el mantenimiento y limpieza de los espacios, la selección, recolección, empaquetado y etiquetado del huevo.