Antes de cerrar el 2021, el automovilista mexicano Hugo Oliveras concretó con decoro las últimas dos fechas de la temporada de NASCAR Peak Mexico Series, en Puebla, al cruzar la meta en las posiciones 14 y 8, respectivamente. 

Y, aunque en sus palabras, este final de temporada pudo haber obtenido mejores números, es algo que pasó a segundo término pues este hecho significó su regreso a las pistas luego de 12 meses de ausencia, dos operaciones y tres derrames cerebrales provocados por un cavernoma. 

“A finales del 2019, cuando estaba en el mejor momento de mi vida, en el automovilismo y con mi equipo, peleaba el campeonato de la Copa Mercedes, luchaba entre cinco primeros sitios en NASCAR, y justo ahí me llegaron dos derrames cerebrales; fue una situación complicada en la que me tuvieron que operar de urgencia”, recordó el piloto. 

“Estuve internado 40 días. Cuando salí, todos estaban contentos porque estaba lúcido y cuerdo, pero no podía caminar, apenas podía hablar, y pensé que eso no era vida”. 

Al salir de esa primera cirugía y con estragos de parálisis facial, comenzó un proceso de siete horas diarias de terapia, mismo que afrontó como un nuevo reto, pues, a pesar de que los doctores inicialmente optaron por un menor tiempo en sus rehabilitaciones, su convicción lo llevó a esforzarse al máximo con más sesiones.

“Lo que yo hacía era ponerme a trabajar todos los días, sólo por hoy, con la filosofía que me dio un buen amigo alcohólico, a ver hasta dónde me alcanzaba, y cuando me di cuenta me alcanzó para subirme a la bici, a esquiar y, en algún momento, fue suficiente para volver a subirme a los coches”, platicó. 

Fue así que en el 2020 volvió a conectar con su vehículo al obtener buenos resultados y podios en distintas categorías; sin embargo, la ilusión por brillar en el 2021 volvió a caer en abril, cuando a un par de meses de iniciar la temporada, sufrió un tercer derrame cerebral y, en consecuencia, una segunda operación. 

Después de salir bien de su intervención en Estados Unidos, continuó otro proceso de recuperación, igualmente con el respaldo de su esposa, Lorena Va, su hija, Mía, y su pequeño, Mateo. 

“Mi familia ha sido el pilar más grande, aquello que me ha mantenido a flote, no me quiero imaginar qué habría sido sin ellos, seguramente estaría muerto porque no tendría la motivación; mi objetivo principal era que mis hijos en algún momento me vieran y dijeran: ‘mira lo que ha hecho mi papá y no se quedó tirado en una cama’, quiero que estén orgullosos de mí”, compartió. 

Finalmente, tras haber regresado a competir en el deporte que le apasiona, el atleta de 40 años se dice listo para un nuevo ciclo, el cual piensa vivir paso a paso, enfocado principalmente en su salud, ya que en el mes de febrero tiene una intervención quirúrgica para recuperar la movilidad de su rostro. 

“Estoy impresionado, no por lo que yo haya hecho, sino por lo que el ser humano es capaz de realizar, todos tenemos la oportunidad, sólo hacen falta ganas, podemos hacer que esta máquina increíble que es nuestro cuerpo pueda lograr cosas impresionantes”.

GRANDES LOGROS 

+ Entre su palmarés, el piloto tiene un sinfín de instantes para recordar: 

+ Título Panam GP Series, en el 2007.

+ Primer lugar de la quinta fecha NASCAR México, en el 2009, en homenaje a Carlos Pardo. 

+ Subcampeonato Copa Telcel 2016.

CONVICCIÓN PURA

+ Tras su primera operación, Hugo encontró motivación a través del deporte, ya que con el fin de mantener su cabeza ocupada se preparó para participar en el Mazda Ironman 70.3, en Cozumel, en septiembre del 2021. 

+ Allí, con un tiempo de 6h49’29’’, conquistó el demandante circuito de 70.3 millas en al caribe mexicano, mismo que significó un gran logró personal.

“Estoy viviendo por hoy, a ver hasta dónde me alcanza, me encantaría regresar a correr full time, participar en carreras y ganar campeonatos; ojalá ese sea el destino que me merezco y que el trabajo que hago rinda frutos”. 

HUGO OLIVERAS, piloto