En la parte trasera, donde los pilares cuentan con un acabado cromado, las calaveras, triangulares, son unidas por una tira de luz que recorre todo el ancho de la camioneta.
En el habitáculo también se refleja el futurismo de la SUV. El panel de instrumentos se trata, tal cual, de una pantalla de 10.25 pulgadas ubicada sobre el volante y sin ningún componente analógico. La transmisión se controla con botones ubicados sobre la consola central y el sistema de infoentretenimiento incorpora compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto.
La nueva generación de Tucson ostenta un motor ligeramente más poderoso, un 2.5 litros con 187 caballos que ofrece una aceleración progresiva. En comparación con su radical propuesta en diseño, el manejo es más bien mesurado, con una aceleración cumplidora, una dirección un tanto suave. La Tucson es cómoda y destaca por una suspensión que “anestesia” el paso por irregularidades.