Arturo con Carlota Mora Madero, su bisnieta, en unas vacaciones que pasaron en La Jolla durante el verano de 2019.

El 29 de enero falleció, a la edad de 90 años, el empresario Arturo Godínez Velázquez, considerado uno de los pilares de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) en Jalisco.

Sus allegados lo recuerdan como un hombre luchador, amiguero, hogareño y bondadoso, poseedor de una actitud inigualable, pero sobre todo positiva ante la vida.

El 6 de junio de 2020, Arturo Godínez Velázquez (q.e.p.d.) celebró su cumpleaños número 90 con toda su familia.

“Era una persona que con todo mundo se la llevaba bien, siempre traía una sonrisa en la cara, un valor muy importante era su familia, vivía para ella, era protector de todos, una persona muy perseverante, daba mucho a todos sus seres queridos”, comparte Melin Godínez Fajardo, su hija.
“Le gustaba mucho salir con sus hijos o sus nietos a cenar, tomar tequila, muy jovial fue siempre, fue una persona que no quería morir, que siempre quiso vivir la vida, que no se le acabara, para él la edad no contaba, lo que contaba era la actitud con que él veía las cosas”.

Junto a su único hijo varón, Arturo Godínez Fajardo, en su antigua casa, ubicada en la Avenida Niños Héroes.

Además de su familia, otra de sus grandes pasiones fue su profesión: su entrega a sus empresas, pertenecientes a la industria automotriz, lo llevó a ser considerado uno de los distribuidores decanos en Jalisco y a ganar la Medalla al Mérito AMDA por su trayectoria en el sector.
“Él siguió trabajando hasta el último día de su vida, nunca dejó de trabajar, era su pasión, él cada mes iba a México a las juntas de Ford, él tenía una empresa que se llamaba Jalisco Motors y también se dedicaba al ramo inmobiliario”, platica Melin.
“Fue una persona muy emprendedora, muy exitosa, muy trabajadora. Su pasión era el trabajo, sus agencias de coches, tenía Jalisco Motors, Lincoln Patria y Tepatitlán Motors, eran su vida”.

Atrás: Arturo Godínez Velázquez, Melin Fajardo Quezada, Carlos Mora, Ximena González, Carlos Mora, Arturo Godínez Fajardo, Xavier Godínez y Fernando Mora. Delante: Melin Godínez, Juan Pablo Mora y Lourdes Godínez. Están en Burdeos, Francia, a propósito de la convención de Ford de 2016.

En el ámbito personal, Arturo formó una familia con Melin Fajardo Quezada, con quien se casó el 22 de octubre de 1957.
“Fue un excelente marido, no veía más que por su esposa, era número uno en su vida, y después todo lo demás”, afirma Melin hija.
Junto a su mujer procreó seis hijos: Arturo, Melin, Lorena, Lourdes, Adriana y Ana Paula, quienes a su vez le dieron 16 nietos y siete bisnietos.

Con su reina, Melin Fajardo Quezada, en el nacimiento de Bernardo Mora González, su bisnieto.

“Fue un papá muy cariñoso, nos daba a manos llenas todo lo que tenía, nos protegió hasta el día que se fue, siempre preocupado por nosotros y por sus nietos, también tuvo bisnietos que le tocó conocer”, explica Melin.
“Como papá, abuelo y bisabuelo fue excelente; obviamente con su genio, tenía carácter muy fuerte, muy regañón, pero era un papá muy bondadoso, muy sentimental, nos quería muchísimo, éramos su máximo sus hijos y sus nietos, era tierno y amoroso.
“Lo que yo recuerdo de él es cómo me enseñó a mí a trabajar, la convivencia que yo tenía con él, yo recuerdo cómo me acariciaba, me daba besos, me chiqueaba, me apapachaba.
“Fue una de las personas más importantes en mi vida, que me enseñó muchas cosas, aparte de ser mi amigo, era mi papá. Gracias a lo que él me enseñó y vivió conmigo, me hizo ser la persona que soy, yo trabajé 30 o 40 años con él en sus empresas. Formó una familia muy bonita, muy unida”.

Testimonios

Con la mayor de sus hijas, Melin Godínez Fajardo

“Has dejado una huella muy profunda en el corazón de todos nosotros. Fuiste un hombre emprendedor, un guerrero, un líder incansable. Al mismo tiempo fuiste para mí un papá cariñoso, preocupado por tu familia, tanto hijos como nietos o bisnietos, pero lo más importante para ti, mi mamá, que hasta los últimos momentos la viste como tu reina hermosa, lo primero sobre todas las cosas.
“Para mí, eres y serás una de las personas más importantes en mi vida, me enseñaste tantas cosas, fuiste mi maestro, mi amigo y papá, un ser maravilloso, cariñoso, tierno y amoroso. Gracias por todo ello, soy lo que soy en gran parte por ti.
“Tu familia, siempre lo más importante en tu vida, no había nada más que eso, tu capacidad para querernos nunca tuvo límites.
“Te encantaba disfrutar la vida, tu actitud envidiable, nunca te diste por vencido, tu frase favorita: ‘estoy listo, ¿a dónde quieren ir?’
“Tu mente siempre fue de una persona joven y nos hiciste creer que eras inmortal. Tu partida nos cuesta mucho trabajo, ya que tus recuerdos con los viajes, trabajo, comidas familiares, son incontables.
“Papá, fuiste un gran hombre, jamás te vamos a olvidar, te quiero con todo mi corazón y me duele mucho el que te hayas ido, pero sé que ya estás con Dios.
“Formaste una familia maravillosa y unida, tuviste la oportunidad de darnos todo tu amor, mi relación contigo jamás la podré olvidar, gracias por enseñarme al esfuerzo, al trabajo, a ser mejor persona, gracias por todo.
“Papá, eres mi máximo, viviste como quisiste, gozaste a manos llenas, nunca te olvidaré, tienes un lugar en mi corazón. Te amo”.
Melin Godínez, hija

"Don Arthur, así lo llamé desde hace 47 años, en que tuve la oportunidad de conocerlo. Casado con Melin, la mayor de sus hijas, tuve la fortuna de conocer a una persona íntegra, frontal, de una sola cara, honesto, un gran ser humano, caballero, enamorado de la vida y sobre todo de su gran esposa, su reina, la señora Melin. "Gran empresario, visionario, emprendedor, adelantado a su tiempo. Mi relación con él fue muy cercana, más que mi suegro, lo veía como mi segundo padre, platicábamos como amigos. "Su médico de cabecera, excelente paciente, confiando siempre al 100 por ciento en mis decisiones, algunas veces su confidente, siempre tomó en cuenta mi opinión a través de los años. "Nunca podré olvidar los innumerables viajes con ellos, las idas a Chapala las disfrutaba como nadie, una actitud de vida envidiable, siempre dispuesto y propositivo a todo, lo recordaré por siempre".
Carlos Mora
Yerno
Juan Pablo Mora con su abuelo en la inauguración de Lincoln Patria

“Me quedo con muchos recuerdos desde muy chiquito que me la vivía en su casa, fue como mi segundo papá, tantos viajes y momentos con él, pero con lo que más me quedo es de estos últimos 10 años que tuve la oportunidad de trabajar con él, tanto que me enseñó y aprendí de él, siempre estuvo muy al pendiente de mí y se tomaba el tiempo de enseñarme a involucrarme mucho en el negocio familiar.
“Vaya que seguía yendo a su oficina a sus 89 años, es lo que más le gustaba, su pasión era trabajar, ir a sus juntas de México a la asociación de Ford, y no puede faltar su plan de viernes y sábado, de ir a cenar a algún restaurante y echarse sus tequilas.
“Aprendí tantas cosas y lo admiro muchísimo, fue un gran empresario, amigo, papá, esposo y abuelo. Cuando me despedí de él, dos días antes de que se fuera, me agarró la mano y me dijo ‘te quiero felicitar, estoy muy orgulloso de ti y no me le aflojes, sigue así’, me quedo con eso y lo voy a extrañar mucho”.
Juan Pablo Mora, nieto

"Papá Arturo era una persona con muchas cualidades, era muy carismático, bondadoso, entregado a su familia, muy cariñoso, con un corazón enorme, apasionado por su trabajo, el más jovial y social de todos. "Era una persona de alma joven, le encantaba salir de fiesta a donde fuera, siempre y cuando fuera con la mejor compañía, su familia. "Siempre con una actitud envidiable y unas ganas de vivir la vida. Me deja muchas cosas qué aprenderle, pero lo que más me quedo es el ejemplo que nos dio, de su logro y su orgullo más grande en la vida, su familia, y que dedicó su vida a demostrárnoslo. "Agradezco a Dios por ponerme en su camino y haber tenido el privilegio de compartir mi vida con él y disfrutarlo todos estos años. Nos deja un hueco grande en el corazón, pero siempre estará muy cerca de nosotros".
Ana Paula Quiroz
Nieta
Rodeado de sus hijas. De pie: Lorena, Melin y Adriana Godínez. Sentados: Ana Paula y Arturo Godínez.

“Papá, fuiste un hombre maravilloso con tantas virtudes: sencillo, caballero, alegre, muy jalador para lo que fuera, cariñoso, siempre echado para adelante y súper bailador, cómo lo gozabas.
“Lo que más te gustaba era estar con toda tu familia, ya sea en viajes, cenas navideñas, las comidas de los jueves, en fin, todo lo que fuera con tal de estar todos juntos.
“Fuiste muy consentidor, tu amor incondicional por ‘tu reina’, mi mamá, que así fue como la llamaste hasta el final, por tus hijos, nietos y bisnietos, tenías amor para todos.
“Lleno de amor y bondad, siempre diste a manos llenas con el corazón. Me dejas un legado muy difícil de alcanzar, fuiste un joven de corazón, y como dijo Rodrigo, los años sólo eran un número.
“Fuiste un guerrero incansable y un roble, un gran ejemplo para todos. Siempre nos pusiste todo a la mano, hiciste todo para que la familia siempre estuviera unida, ¿y qué crees?, lo lograste.
“Nos enseñaste muchas cosas, tu capacidad para querernos fue impresionante, viviste al tope, nos diste todo tu amor. Te amo con todo mi corazón, nunca te voy a olvidar, te quedas en mi corazón”.
Lorena Godínez, hija

"¿Como se mide la vida de una persona? Podríamos pensar que por los años que vivió, pero yo creo que se mide por las vidas y corazones que tocamos, y en esto, tú fuiste el más grande de todos: abuelo, empresario, papá, esposo, consejero, pero más que nada un Rey Midas que lo que tocaba llenaba de alegría y felicidad. "Cuando necesitemos recordarte, siempre te tendremos a ti, tu grande ti, como imagen para ver todo aquello que dejaste en nosotros. Fuiste y eres bondadoso, generoso, protector, jovial, alegre y eterno. Soñador incansable, guerrero arduo, trabajador, ejemplo de perseverancia, dadivoso a manos llenas, y también, cómo olvidar, tequilero y el más fiestero hasta el final, ¿cómo olvidar tu fiesta de 90? "Hoy recordamos tu vida y legado, una vida afortunada, sin tragedias y llena de abundancia, la misma que nos dabas. Un roble, el cual no se dejaba tumbar por nada, un hombre fuerte de carácter, pero de corazón enorme. Un padre cariñoso, un abuelo inigualable, un bisabuelo aventurero, un ejemplo para todos y un ícono, porque aunque nos hiciste pensar que eras eterno, nos acabas de demostrar que en realidad sí lo eres. Te amamos para siempre, pues en nuestros corazones estarás vivo. ¡Gracias por tanto!".
Rodrigo Mora
Nieto
Ximena González, Arturo Godínez Velázquez, Melin Fajardo Quezada y Carlos Mora en un viaje por Edimburgo.

“Yo lo recuerdo como el señor con la actitud más joven del lugar donde estuviera, siempre con toda la actitud y el más ambientado de todos.
“Siempre con un porte impecable, pero para mí no solo fue eso, a pesar de que no era mi abuelo, para mí lo fue, continuamente demostrándome su afecto y su cariño.
“Era el mejor de los abuelos, el más espléndido, el más cariñoso. Siempre estaré eternamente agradecida”.
Ximena González

Acompañado por su esposa Melin en un baile que tuvo como invitado especial al cantante Raphael.
En el bautizo de María Paula García Rulfo Quiroz, su bisnieta