Con el rostro cubierto, “Jimena” escuchó las preguntas que le hacían agentes de la Comisión Estatal de Seguridad de Morelos; al no responder, comenzó a ser torturada.
En un cuarto del módulo de arresto y retención del Municipio de Zacatepec, le vendaron los ojos, la asfixiaron con una bolsa en la cabeza, la abofetearon y le dieron patadas en las piernas y la espalda.
Con encendedor le quemaron el lóbulo de la oreja y el dedo índice de su mano izquierda, le reventaron los glúteos a tablazos y con unas pinzas le apretaron un dedo del pie.
“¿Conoces a estas personas?”, “¿Sabes dónde están?”, “¿Dónde está la casa?”, fueron algunas preguntas que le hicieron a la mujer, cuyo nombre verdadero se omite.
Los hechos ocurrieron en mayo de 2019, de acuerdo con la recomendación emitida el 1 de febrero pasado por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHM).
En el documento, al que REFORMA tuvo acceso, se explica que “Jimena” recuperó su libertad pronto, pero desde entonces no ha sido localizada, por lo que la CDHM teme que haya sido víctima de desaparición forzada.
Ella aseguró que fue detenida en Zacatepec cuando viajaba en una motocicleta con un acompañante el 14 de mayo, a las 11:00 horas, pero la Policía informó que fue detenida a las 18:55 horas.
Aunque el centro de arresto municipal está a 3 kilómetros de las instalaciones de la Fiscalía regional, fue puesta a disposición del Ministerio Público hasta las 20:30 horas de ese mismo día.
El 16 de mayo de aquel año fue trasladada al Centro Penitenciario de Jojutla, donde tras agotarse el plazo ministerial fue puesta a disposición del Juez de Primera Instancia, de Control, Juicio Oral y Ejecución de Sanciones del Segundo Distrito Judicial de Morelos, dentro de la causa penal JCJ/249/2019.
“Jimena” obtuvo su libertad mediante la suspensión condicional del proceso el 21 de mayo de 2019, y desde entonces no se sabe nada de ella.
Las heridas que sufrió fueron certificadas por diversos médicos legistas.
OTROS CASOS
En diciembre de 2020, REFORMA dio a conocer otro caso de tortura en Morelos, pero en esa ocasión en contra de jóvenes internados en el Centro de Asistencia Social para Adolescentes (CASA).
Los menores fueron sometidos por elementos de la Policía estatal mediante golpes y obligados a hincarse con las manos atadas a sus espaldas, descalzos y con el dorso descubierto, y les propinaron varillazos en las pantorrillas y jalones de cabello.