SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Con el sol ya oculto, bajo el oscuro cielo del Bajío, la Bandera de México se ondeó en lo más alto al son del Himno Nacional, luego de que, después de dos semanas de reñidas competencias, tres participantes originarios del País conquistaran el podio del CSI2* Gran Premio a 1.45 de altura, del Otomí Grand Prix.
Más de 30 binomios formaron parte de la lista de salida, entre ellos, algunos de Chile, Argentina, Colombia, Brasil, Guatemala y Cuba; sin embargo, fueron Andrés Azcárraga, Nicolás Pizarro e Ivanna Gándara, quienes destacaron por sus tiempos y pistas limpias, en una contienda nocturna, como pocas a nivel internacional.
“Al principio, me sentí nerviosa, porque en este formato ‘under the lights’, no tengo tanta experiencia y, además, por la altura, pero, cuando pasé cero, no lo podía creer”, platicó Ivanna, quien, en lomos de “HSB Caracola”, consiguió el tercer puesto, “esto me motiva mucho, no había tenido buena racha y tiré algunas barras anteriormente, pero, ahora, me siento inspirada a lograr más cosas”.
Como parte de las justas estelares del Otomí Grand Prix, los caballistas enfrentaron un circuito conformado por 13 obstáculos, diseñado por el brasileño Anderson Lima, en el que cada segundo fue importante, pues esto determinó quiénes serían los binomios ganadores.
Es de mis concursos favoritos; estas pruebas en la noche son súper emocionantes”.
“Fue un resultado fantástico; la señorita Gándara montó muy bien y, además, tuvimos a otros profesionales en el desempate, como Pizarro, quien es de los mejores jinetes que tenemos, pero, en esta ocasión, Azcárraga logró un recorrido espectacular”, opinó Daniel Rihan, uno de los organizadores del Otomí Grand Prix.
A lo largo de la velada deportiva, misma que mantuvo a los presentes en tensión, más de uno habló de la trascendencia de esta convocatoria que se ha convertido en la favorita de muchos aficionados al mundo ecuestre.
Las competencias que hemos hecho aquí son importantes para San Miguel de Allende, porque se demuestra que hay un turismo de vanguardia”.
Pocos son los concursos que se realizan de noche, el caballo no está acostumbrado y se puede espantar con las sombras, por lo que se siente la diferencia y adrenalina”.
