Cortesía: Koeda Animation

A través del servicio de mensajería instantánea Discord, jóvenes de Argentina, Colombia, España, México, Panamá y Perú se organizan para hacer Coffee, ¡Otra tonta historia de amor!, comedia romántica inspirada en los animes japoneses.

Miguel Ángel Chan Catzin reunió al equipo de trabajo conformado por 36 personas de distintas latitudes de Iberoamérica.

Si bien algunos integrantes de Koeda Animation cuentan con formación en Animación, Arquitectura, Ingeniería en Sistemas y Música, otros son autodidactas. Tal es el caso de Chan Catzin, quien a sus 18 años es director general del estudio.

“Muchos teníamos la visión de que algún día queríamos trabajar en un anime. Gracias a un TikTok, muchas personas nos contactaron y preguntaron si podían trabajar con nosotros”, cuenta el egresado de la Prepa Yucatán.

Sin experiencia previa como animador, pero motivado por su gusto por obras como Full Metal Panic!, Chan Catzin investigó en internet cómo producir un anime y estableció contacto con la industria.

Si bien cada integrante cuenta con proyectos propios, el estudio colabora con compañías niponas. Una de ellas es Shaft, creadora de Puella Magi Madoka Magica.

“Queremos que las personas (…) tengan confianza porque tenemos producto y portafolio hechos”, platica Chan Catzin.

“Nos ayuda a pulir nuestra animación y demostrar lo que podemos ofrecer para más adelante agarrar cosas más complejas. La idea es adaptar series, mangas o libros de México y América Latina”.

Coffee, ¡Otra tonta historia de amor! será la primera serie original de Koeda Animation.

Viven su sueño

De niña, Lina Rangel jamás hubiera pensado que animaría aventuras similares a las de Agumon (Digimon) y Pikachu (Pokémon) , personajes que fueron su motor para aprender a dibujar.

“Es un sueño de la infancia. Si me hubieran dicho cuando estaba chiquita que iba a hacer un anime, no me lo hubiera creído. Es súper emocionante”, cuenta la animadora 2D en Koeda.

Ella estudió la licenciatura en Multimedia y Animación Digital en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde desarrolló el trabajo colaborativo, habilidad que aprovecha al máximo.

“No tener que estar todos en el mismo punto abre bastantes puertas para hacer animación. Sumamos lo que podemos dar de nuestras culturas (…) para crear cosas nuevas”, destaca la joven de 28 años.

Aparte del aspecto visual, el auditivo es otro pilar de un anime. Para “Coffee”, historia de amor conformada por seis capítulos, los músicos componen un opening, es decir, la canción inicial, como el “Cha-La Head-Cha-La” de Dragon Ball Z.

“Como estudio pequeño no podemos comenzar con una animación muy complicada (…), entonces lo más ideal y sustentable es una comedia romántica”, explica Chan Catzin.

Al director le gustaría estudiar en la Universidad de Tokio, adquirir experiencia en Japón y volver a México para impulsar la participación de latinos en este sector.

“Si hay algo que de verdad queramos hacer, no hay que dejarlo porque Koeda está demostrando que sí se puede”, considera por otra parte Rangel.

Coffee, ¡Otra tonta historia de amor! contará con su propio opening.

¿Cómo se hace?