¿QUÉ SON LOS ABRAMS?

Los tanques M1 Abrams han encabezado las acciones de asalto de las fuerzas estadounidenses durante décadas.

Con una tripulación de cuatro hombres, los Abrams fueron utilizados por primera vez en un campo de batalla en 1991. Poseen un fuerte blindaje, un cañón principal de calibre de 120 milímetros, capacidad para penetrar blindajes enemigos, sistemas de disparo avanzados, orugas anchas, un motor de turbina de mil 500 caballos de fuerza y una velocidad máxima de 68 kilómetros por hora.

Después de la Guerra del Golfo Pérsico, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO, por sus iniciales en inglés) entrevistó a varios soldados que elogiaron la elevada capacidad de sobrevivencia del tanque y dijeron que varias tripulaciones de M1A1 informaron haber recibido impactos frontales directos de los T-72 iraquíes, pero dejaron daños mínimos.

En su operación más reciente, estos titanes de batalla encabezaron la ofensiva contra Bagdad durante la invasión de Estados Unidos a Irak de 2003, donde las unidades de la tercera División de Infantería efectuaron lo que llamaron “Ataques Tormenta” para penetrar las defensas iraquíes.

El potente motor de turbina de los Abrams les permite viajar por casi cualquier terreno, ya sea que esté cubierto de nieve o extremadamente fangoso, dijo Kevin Butler, exteniente del Ejército que fue líder del pelotón de tanques Abrams.

Butler registró que a finales de la década de 1990 realizó maniobras militares en terreno enlodado en Fort Stewart, Georgia, donde expresó su preocupación de que los tanques quedaran atascados como había ocurrido con los Humvees.

Los Abrams, dijo, “ni siquiera se dieron cuenta” del barro.

¿POR QUÉ ESTADOS UNIDOS INSISTÍA EN EL NO?

El motor de los Abrams necesita cientos de litros de combustible para su funcionamiento.

El tanque consume al menos 4.7 litros de combustible por kilómetro, ya sea que esté parado o en movimiento, dijo Butler, lo que significa que es necesario que haya disponible una caravana de camiones cisterna para que puedan seguir avanzando.

A Estados Unidos le preocupa que las demandas de combustible representen una pesadilla logística para las fuerzas ucranianas.

Si bien los Abrams pueden cruzar la nieve o los lodazales, los camiones de combustibles no. Además, como cualquier motor jet, las turbinas de los Abrams necesitan respirar y absorber aire por ventilaciones con filtros situados en la parte posterior.

Cuando esos filtros se tapan, ya sea con arena o por otros restos que podrían encontrar en Ucrania, dejan de funcionar.

El tanque Abrams es un equipo muy complicado. Es caro y el adiestramiento es difícil. No es el sistema más sencillo de mantener. Tal vez sí tal vez no sea el sistema correcto".

También se necesitarán meses para el adiestramiento en el uso de los Abrams. Las fuerzas ucranianas tendrán que aprender el funcionamiento de los sistemas más complejos del tanque y cómo mantenerlo en funcionamiento y abastecido de combustible.

PRESIONES Y CAMBIO DE PARECER


A pesar de los inconvenientes que manifestó Estados Unidos, todo se redujo a realidades políticas y una danza diplomática.

Alemania se había mostrado renuente a enviar sus Leopard 2, o permitir que los aliados enviaran los suyos, a menos que Estados Unidos pusiera sus Abrams a disposición debido a sus temores de que el suministro de los tanques desatara la ira de Rusia.

Por su parte, Estados Unidos argumentaba que los Leopard 2 de fabricación alemana eran una mejor opción debido a que las fuerzas ucranianas podían obtenerlos y recibir el respectivo adiestramiento de una manera más rápida y sencilla.

El estancamiento frustró a los aliados europeos, como Polonia, que quería enviar sus Leopard 2 pero no podía hacerlo sin la autorización de Alemania. Así comenzaron las negociaciones más intensas.

Funcionarios estadounidenses y alemanes utilizaron la palabra “intensivas” para describir las conversaciones que al final resultaron en el cambio de opinión de ambos países en cuanto al envío de los tanques.

"Esto es el resultado de consultas intensas, una vez más, con nuestros aliados y socios internacionales"

De igual forma, un alto funcionario estadounidense dijo que se había negociado durante algún tiempo, pero se intensificó en las últimas semanas.

Se hicieron muchas llamadas. El Presidente Joe Biden habló con diversas partes, incluido Scholz. El Secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el General del Ejército, Mark Milley.

El viernes pasado, la presión era palpable. Los responsables de Defensa de más de 50 países se citaron en la Base Aérea Ramstein en Alemania para discutir las necesidades actuales de armamento y equipo de Ucrania.

Los tanques fueron un tema primordial. Los gobernantes de los países que cuentan con tanques Leopard 2 se liberaron con el nuevo Ministro alemán de defensa.

Alemania suavizó gradualmente su postura pública, lo que condujo a los anuncios del miércoles. Los funcionarios de la Administración Biden eludieron la insistente pregunta de a qué se debe el cambio.

Cuando se le preguntó directamente a Biden sobre alguna presión de Berlín, el Presidente dijo a los reporteros que “Alemania no me obligó a cambiar nuestra postura”.

¿EN CUÁNTO TIEMPO SE ENTREGARÁN?

No está claro el tiempo para la entrega de los tanques a Ucrania ni para el adiestramiento de los soldados ucranianos. Los funcionarios federales se limitarán a decir que tomará “muchos meses” entregar los tanques Abrams, pero que los Leopard llegarán más rápido.

Doug Bush, subsecretario de adquisiciones del Ejército, dijo que Estados Unidos ya no compró los Abrams, pero utiliza los modelos antiguos como “vehículos germen” y los renueva. Hacerlo, sin embargo, no es ni fácil ni rápido, aclaró.

La capacitación puede comenzar más rápido y el Pentágono ya elabora un programa.

“Queremos asegurarnos que ya estén preparados cuando reciban los tanques, y que los ucranianos sepan cómo utilizarlos, cómo mantenerlos funcionando, y que tengan lista la cadena de suministro para las refacciones y abastecimiento”, afirmó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby .