El productor en el Tokyo Stadium momentos antes de la ceremonia de inauguración.

Sin aplausos, pero más íntimo, así define Rodrigo Romanov el ambiente dentro de las competencias olímpicas, donde se pueden escuchar, desde las instrucciones del entrenador hasta las porras de las familias, quienes son, además de la prensa, el único público permitido.

“Creo que esta pandemia nos está enseñando un nuevo mundo, creemos que ya vamos de salida y la realidad es que no, hay mucho qué aprender, como estos Juegos, que van a marcar la historia de la humanidad moderna”,
comentó el comunicólogo.

Rodrigo con Mon y Ren Gómez de camino a los venues.

Rodrigo se encuentra en Japón como productor, pues los turistas no están permitidos y todos los asistentes tienen que haber sido acreditados por el Comité Olímpico Internacional, como parte de las medidas para evitar los contagios de Covid-19.

“Estás limitado, no te puedes mover con libertad por el país, porque tienen ciertos parámetros que debes de cubrir, como no salirte del circuito de venues olímpicos; no puedes tomar trasporte público o ir a restaurantes que no sean asignados”, contó.

En Shiokaze Park en las pre eliminares de voleibol de playa.

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“No puedes salir de un lugar, tomar un taxi y pasarte al siguiente. Tienes que esperar al trasporte oficial y, a veces, hay ciertos horarios que no se ajustan con tu agenda”.

Aunque ha sido uno de los retos más grandes de su carrera, el productor ha disfrutado cada momento y oportunidad, como poder estar presente cuando Alejandra Valencia y Luis Álvarez ganaron la primera medalla para México.

Rodrigo visitó los Olympic Broadcasting Services (OBS).

“Sí sentía un presentimiento de que iba a suceder, pero ya cuando vez que está super cerca del oro y que se ganó el bronce, te llena de orgullo ver que tu país está representado ante los ojos del mundo en una disciplina como es el tiro con arco”, recordó el egresado de la Universidad Anáhuac México Norte.

"Es un sentimiento agridulce porque se vuelve muy íntima la ceremonia o la contienda, pero también le falta el calor y la energía del público”.

En el Ariake Gymnastics Center, en la final de Simone Biles, de gimnasia grupal femenil.