Aunque sus integrantes llevan más de una década en el mundo de la filantropía, Apoya y Punto, una fundación de segundo piso que ayuda a distintas causas, surgió hace apenas cuatro años, en el momento en el que más se necesitaba.
“Casi simultáneamente a nuestra constitución vino este sismo y entonces nos fuimos de emergencia a ver cómo apoyar”, recordó Gabriela Hernández, presidenta de la organización, “encontramos esta comunidad de damnificados que casi nadie había volteado a ver, ni gobierno, ni otras organizaciones”.
“Empezamos a construirle casas a las personas a las que se les habían caído. Después vimos que, además de las necesidades de este siniestro, había una pobreza extrema y muchos necesitaban una vivienda”.
Hasta el momento, esta institución, alianza con Vamos a Dar, ha entregado 27 construcciones a familias necesitadas de Chalcatzingo y tienen planeado acabar 10 más para principios del año que entra. Con el objetivo de recaudar fondos para esta labor, la agrupación organizó la cuarta edición de su ya esperada Subasta Anual de Arte Coctel, la cual se llevó a cabo en el restaurante Las Mañanitas, en Cuernavaca.
Para que los invitados pudieran ver los 104 lotes disponibles, la velada comenzó con un recorrido, en el que además de platicar y ponerse al corriente, podían identificar las piezas por las que levantarían sus paletas.
Aproximadamente a las 20:30 horas inició la puja, la cual fue organizada por Morton Subastas e incluyó obras de artísticas como Pedro Friedeberg, Carlos Mérida y Francisco Toledo.
Para Gabriela y todas las integrantes de esta asociación altruista, se trató de un éxito que les permitirá seguir ayudando a quienes lo necesitan y completar la cuarta etapa del proyeccto de construcción.
“Lejos de nosotros, es gente que día a día nos enriquece muchísimo y, sobre todo, nos ha permitido ver las grandes necesidades que hay en nuestro estado”, comentó la también apasionada del arte.
