Doña Mary, originaria de Pajacuarán, Michoacán, lleva una lucha de más de una década. En 2008, sus hijos Raúl, entonces de 19 años, y Salvador, de 24, desaparecieron en Atoyac de Álvarez, Guerrero.
Dos años después, otros dos hijos de María, Luis Armando Trujillo Herrera, de 24 años, y Gustavo, de 28, fueron desaparecidos en el estado de Veracruz.
Desde estas desapariciones, María y su familia, principalmente dos de sus otros cuatro hijos, Juan Carlos y Miguel, han luchado para buscar verdad y justica.
En 2012, la familia Trujillo Herrera contribuyó a la creación de la Red de Enlaces Nacionales, que articula a colectivos de familiares de desaparecidos en toda la República.
En 2014 fundaron Familiares en Búsqueda María Herrera A.C., para exigir a las autoridades que realicen procesos de búsqueda, pero también han organizado brigadas nacionales de búsqueda.
Ante la indiferencia de nuestros Gobiernos, las madres tenemos que salir a buscar con nuestras propias manos, picos y palas".
María Herrera, en audiencia con el Pontífice
“No nos olvide, rece por nosotros y llame a nuestro Gobierno a buscar a los desaparecidos y a detener la violencia”, pidió Herrera al líder de la iglesia Católica.
Herrera fue acompañada por representantes de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.
El Papa bendijo en la persona de Doña Mary, como le conocen otras madres, a todas las mujeres y familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos. Su caso también fue presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.