En 1994, Diego Armandona Maradona (QEPD) estaba en Pachuca por un torneo de futbol rápido, invitado por Andrés Fassi.

Ahí, recibió la llamada de Luis Miguel para invitarlo a un show en la Ciudad de México, entonces llamada Distrito Federal.

“Como siempre, salimos tarde, con la idea de llegar al show, pero llegamos tarde, ya iba por la cuarta canción. Nos sentaron en una mesa de la tercera o cuarta fila”, recuerda Guillermo Coppola, ex agente del “Pelusa”.
 
“La mesa de ustedes era de la primera fila frente al escenario, pero como llegaron tarde, la ocupamos para que no se viera el hueco”, le explicó uno de los meseros.

Pese a la molestia por el lugar que le asignaron y a regañadientes, Maradona aceptó quedarse, pero empezó a pedir champagne para su mesa y repartió con otros asistentes al espectáculo.

Terminaron tomando unas 13 botellas de champagne de Louis Roederer Cristal Rosada.

“Eran botellas de Cristal rosado y tenía que pagar Luis Miguel, no íbamos a pagar nosotros”, dijo Coppola.

Cada botella tenía un valor de entre 400 y 500 dólares, por lo que la cuenta osciló entre los 4 mil 800 y los 6 mil 500 dólares.

Sin embargo, el “Pelusa” todavía se dio el lujo de ir a saludar al “Sol” a su camerino.

“Lo vimos cantando, festejamos y aplaudimos”, contó Coppola.