“Tuve ganas de llorar, fueron sentimientos encontrados, más por ver cómo mi familia y amigos se alegraban por mí, como los Pasquel, con quienes me iré a entrenar a la Ciudad de México, y demás jinetes que admiro que me estaban felicitando”, compartió el poblano.
“En 2017, gané el Mundial infantil y, hace dos años, la Copa de Naciones juvenil en Nueva York, junto a Mau, pero los reflectores también son para los que me han apoyado y confiado en mí; estoy muy agradecido con todos, qué decir de mi caballo”.