Si bien Nyra Troyce mantiene una multifacética trayectoria profesional desde hace cerca de dos décadas, el hilo conductor de ésta es su gran pasión por los textiles.

La madre de dos hijos se describe como artista, artesana, interiorista y diseñadora, sin embargo, aclara que su labor es tan variada que le cuesta delimitarla, pues simplemente deja fluir su creatividad.

“Soy un ser humano que ve la vida con colores y texturas, muy apasionada y consciente del diario, una observadora silenciosa de lo invisible, de lo cotidiano, aprendiz del presente”, dijo Nyra.

“No me gusta definirme porque no busco verdades absolutas, siempre aprendo cosas nuevas, soy una mujer dinámica que fluye como la noche, el día y las estaciones del año”.

Estimulada por su abuelo paterno a conocer el mosaico cultural de México y por su abuela materna a tejer, bordar y coser, Nyra estudió Diseño en el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), donde fue cautivada por las telas y técnicas ancestrales.

“Me fascinaba todo, la joyería, herrería y muebles, hasta que conocí a una profesora polaca enamorada de los textiles mexicanos, entonces, me impactó mi ignorancia y el aprender cosas de mi país mediante una extranjera”, confesó la pareja del arquitecto Juan Carlos Baumgartner.

Confeccionada en una fábrica de alta tecnología en el Estado de México, para su colección 'Somos', en 2020, Nyra desarrolló una cortina hecha 100 por ciento de poliéster antiflama y de doble vista para que cada lado tenga una función diferente.

Fue así que estudió Diseño Textil en la Universidad Iberoamericana, al igual que los diseñadores de modas Carla Fernández, Cristina Pineda y Ricardo Covalin, sus contemporáneos.

“No somos de la misma generación, pero formamos parte del grupo de trabajadores, orgullosos y talentosos, a favor de México, con ganas de que el mundo viera a un sitio empoderado y activo, heredero de un gran linaje”, comentó.

“Nuestras prácticas profesionales eran en comunidades rurales, ahí nos dimos cuenta que el talento estaba a flor de piel, pero con oportunidades nulas, entonces, nosotros quisimos ser una extensión de valor y abundancia; estuvo prohibido ignorar lo que ya habíamos descubierto”.

+Su trabajo en el confinamiento. Durante el primer año de la pandemia, el interiorismo residencial tuvo un auge, por lo que la diseñadora tuvo que resolver diversos retos de producción, a través de su amplia red de proveedores y explotó los recursos nacionales.

SUMA DE TALENTOS

Al trabajar para una prestigiosa compañía hace 17 años, Troyce comenzó lo que sería su propio sello, la fusión de telas industriales de alta tecnología con tejidos y técnicas nacionales.

“Un día se me ocurrió bordar los 400 cojines que me pidieron para un hotel, entonces, me fui a Puebla porque ahí vive mi hermana, quien me acercó con unas artistas de Cholula”, recordó.

Desde entonces, y ya bajo su propia marca homónima, Nyra ha laborado con artesanos de San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Teotitlán del Valle, Oaxaca; Tenango de Doria, Hidalgo, y su más reciente colaboración en Tulum, para la firma Azulik.

La creativa destacó que sus proyectos son libres de violencia y explotación, tienen una huella de carbono reducida y la calidad de la materia prima está certificada internacionalmente, con lo que promueve el consumo responsable.

“Todo esto es más costoso, pero, cuando un producto es más barato, alguien está pagando el descuento: un niño explotado, anilinas derramadas al océano o materiales dañinos”, platicó.

VISTE LOS ESPACIOS

Para generar ambientes acogedores con textiles, Nyra comparte algunos consejos que logran un interiorismo de calidad, funcional y sustentable.

SÁBANAS

+El algodón mercerizado de 300 hilos es una gran alternativa, así como el bambú, ya que ambas son fibras comunes
en el mercado.

+Las estándar poseen 120 hilos (60 verticales y 60 horizontales), y, aunque se recomiendan las que tienen arriba de 200, todo depende del gusto personal en suavidad, peso y flexibilidad. Las mexicanas, estadounidenses y españolas son reconocidas por ser de calidad.

TAPICERÍAS EN INTERIORES

+Lo ideal es elegir tejidos gruesos, con garantía de durabilidad y que no formen frisado, que son las bolitas que salen en la tela tras usarla.

+Revisa en la etiqueta el índice Martindale, el cual establece el número de ciclos o roces que soportó el textil; la media es de 15 mil ciclos, pero, para uso intensivo, conviene de 25 mil.

+El tejido chenilla o la mezcla de lino, algodón y viscosa son las más recomendables, por ejemplo, la pana, lona, loneta y terciopelo. Asimismo, el jacquard y brocado son opciones gruesas, que añaden textura y diseño.

SUSTENTABILIDAD

+En interiores, los tejidos naturales son la mejor opción, ya que mantienen las cualidades de las fibras que los conforman como suavidad, frescura y propiedades térmicas, así como resistencia al uso y son 100 por ciento renovables y biodegradables.

CORTINAS

+ Investiga su resistencia a la luz natural, artificial y al lavado. La lana es la fibra natural número uno en el mercado por su calidad, pues hace los espacios más térmicos, además de que aísla el sonido, pero, si buscas una atmósfera más luminosa, el tergal de poliéster y lino es lo mejor por su transparencia, fuerza y estética.

TELAS PARA EXTERIORES

+ Éstas deben soportar el impacto directo de los rayos del sol, así como la humedad para que no pierdan color, no generen moho, ni se estropeen. Conviene elegir las que repelen las manchas y son fáciles de limpiar.

+ La fibra aconsejable es el poliéster con alta resistencia UV para toldos y sombrillas, aunque no siempre es estética. Por otra parte, el sisal, que es una fibra natural, biodegradable y térmica, es perfecta para terrazas, siempre y cuando sean techadas.