Con la muerte de “Mama” Lu en los años 50, Etta regresó bajo el cobijo de su madre biológica, en San Francisco, donde pasó, tiempo después a formar parte de un grupo de chicas cuyo género predilecto era el doo-wop: The Creolettes, quienes al poco tiempo fueron “apadrinadas” por el músico Johnny Otis, que quedó embelesado por su talento y las ayudó a firmar contrato con Modern Records bajo el nombre de The Peaches; la artista tenía 14 años en ese entonces.
Fue Otis quien ayudó a la celebridad a cambiarse el nombre al dividir y transformar “Jamesetta” en “Etta James”; con él, la estrella y su grupo grabaron el tema “The Wallflower”, en 1955, que alcanzó el primer puesto en el listado Hot Rhythm & Blues Tracks, y le dio la oportunidad de abrir shows para Litte Richard en su tour por Estados Unidos. Pocos años después, Etta firmó un nuevo contrato con Chess Records.
Varios éxitos llegaron después de ese momento, aunque uno de los más importantes para la famosa fue conocer a dos personalidades: a Bobby Murray, con quien laboró en diversas giras durante 20 años, y a Elvis Presley, de quien era una gran fan y al que recordó en su libro autobiográfico como un joven caballeroso de buenos modales; incluso señaló que él ayudó años después a un buen amigo de ambos, Jackie Wilson, a mudarse para comenzar su carrera.